Satisfacción entre propietarios e histeria en la izquierda, esa es la reacción tras destaparse que el Govern ultima un decreto que permitirá legalizar edificaciones en suelo rústico que estén fuera de ordenación, pero cuya infracción urbanística haya prescrito. Esta medida no supone el consumo de un solo palmo de territorio, ni incrementa la superficie de ninguna edificación. Lo que permite es dar una salida a construcciones que se hicieron sin licencia hace décadas pero que no pueden ser demolidas en la actualidad. Es decir, se da cobertura normativa a los hechos prescritos. Es un win-win para los propietarios y para las administraciones. Los primeros verán reconocida la legalidad de las construcciones ejecutadas por sus padres y abuelos, mientras que las segundas recaudarán suculentas cantidades de dinero que podrán destinar a proyectos municipales. El medioambiente no sale perdiendo en ningún caso porque esta medida no implica ni más cemento, ni más casas, ni mayor consumo de recursos naturales, ni da derechos de ampliar nada.
Opinión
Amnistía urbanística ¡escándalo!
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2 comentarios
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Pena no haver-me fet una casa quan no es podia. Ara seria legal.
Buen titular, premio para los que se han pasado la ley por el forro y bofetada para los que la han respetado y no han edifiado donde no estaba permitido.