Son las 11.30 horas de la mañana del jueves 25 de abril y en el Palau de Congresos de Santa Eulària des Riu aparece, con media hora de retraso sobre la hora de la convocatoria enviada a los medios de comunicación, la ministra de Vivienda del Gobierno de España Isabel Rodríguez para inaugurar la décima edición de la Convención de Arquitectura Técnica CONTART 2024. Vestida de blanco, con traje de chaqueta y pantalón, se detiene ante el photocall instalado para la ocasión y sin perder la sonrisa y ante una gran expectación mediática no tarda ni un minuto en comenzar su discurso.

Concretamente son 53 segundos los que tarda en resumir su presencia allí, y tras confundir convención con «convenio», rápidamente y sin ninguna pregunta de por medio, Rodríguez comienza «a lanzar un mensaje a la opinión pública sobre lo que es tal vez el tema más importante que hoy se está hablando en España» y que para ella no es otro que la decisión de Pedro Sánchez de tomarse un período de reflexión de cuatro días para decidir si continúa o no al frente del gobierno. Y es que según la ministra «no hay que alejar el humanismo de la política» ya que quienes la ejercen «con vocación de servicio público» también son personas que «sentimos y amamos», y por ello la reflexión de tres folios que Sánchez publicó en la red social X «es una llamada de atención sobre qué debe ser la democracia española, sobre cómo debemos comportarnos y una importante reflexión en un momento importante». Y ante la cara de asombro de los organizadores del evento o la consellera balear de Vivienda Marta Díaz o el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, Isabel Rodríguez continúa sin freno con su pequeño mitin respondiendo a una pregunta que se hacía Sánchez en su ya famosa misiva. «Y yo le quiero decir al presidente
y a todos los españoles que sí, que merece la pena servir a España, trabajar por una política pública de vivienda, que mereció la pena sacar a España de la pandemia, a esta isla recuperarla en su economía turística con esos fondos que lograste de la Unión Europea, que mereció la pena salvar a los trabajadores con los ertes, subir el salario mínimo interprofesional, garantizar las pensiones de nuestros mayores, garantizar que todos los jóvenes puedan estudiar gracias a una beca, afrontar la modernización económica de España, afrontar los grandes retos internacionales como el cambio climático y defender la paz como lo estas haciendo en escenarios bélicos en nuestro entorno más cercano… sí, merece la pena, presidente»… E inmediatamente después, como no podía ser de otra manera, fue el momento
de arremeter contra el principal líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, en un argumento perfectamente hilado y tirando de una capacidad de oratoria o de memoria fascinante… «lo que no merece la pena o quizá lo que no merece España es una oposición como la que tenemos y que basa su política en el odio, la descalificación y la falta de propuestas», para luego terminar acusándole de no haber aceptado su derrota en las urnas y de haber insultado a Sánchez por llamarle «narcisista».

Además, mostró «todo» su apoyo a la mujer del presidente ya que a pesar de «apenas haber tenido pequeños contactos con ella» la considera «una gran profesional», y para lanzar un mensaje a todas las mujeres de este país después de que, según ella, Feijoo la mandara «para casa». Y finalmente, como broche redondo, Rodríguez confesó que están «cargados de energía porque España ya respondió a la pregunta que se planteaba el presidente, y porque España quiere progreso y avance, y porque esa España tiene que querer mover esa democracia y no quedar impasible ante injusticias como las que ha sufrido en carne propia el presidente del Gobierno y que ayer colmaron el vaso».
E, incluso, en sus cinco minutos de intervención improvisada y apenas preparada, la ministra tuvo tiempo para recordarnos a todos que el presidente destaca «por su fuerza y su energía», que «no descansa
ni fines de semana, ni festivos ni vacaciones», «que está pendiente de todo», «que atiende a viajes internacionales como ninguno otro presidente anterior», «que destaca por su liderazgo europeo» «y que «se lee hasta el último papel». Vamos, que Pedro Sánchez es casi perfecto, lo tiene casi todo y visto lo visto en Santa Eulària todos quisiéramos a nuestro lado alguien como Isabel Rodríguez para difundir
nuestras bondades. Y sí, probablemente era el tema más importante del día en España y seguro que todos pasaremos varios días en un sin vivir contando las horas hasta que el presidente anuncie su decisión definitiva, pero creo que la ministra equivocó el lugar para pronunciar su mitin. Porque mientras lo hacía parece que no tuvo tiempo para reunirse con el presidente del Consell de Eivissa y afrontar juntos medidas que puedan poner solución a un problema tan grave como el de la vivienda en la
isla y que cada vez afecta a mayor número de personas, poniendo en jaque nuestro modo de vida. Y es que además de firme defensora de quien le puso en el cargo sería bueno que no olvidara que es ministra de Vivienda de todos nosotros aunque entiendo que en ocasiones sea complicado diferenciar cuales son las prioridades de su cargo… al menos hasta mañana lunes.

Porque seguro, que cuando todo esto se arregle, Isabel Rivera descubrirá que su visita a la isla a finales de abril de 2024 fue una oportunidad perdida para seguir mejorando la vida de todos los españoles tal y como ha hecho Sánchez desde que gobierna y que no dudó en recordarnos la ministra en apenas cinco minutos que nunca olvidaremos los que acudimos a la inauguración de la décima edición del CONTART 2024.