El italiano Mario Cipollini, del Saeco, sumó su tercera victoria consecutiva en el Tour'99, al ser descalificado el belga Tom Steels, primero en cruzar la línea de meta tras haber demostrado su habilidad a la hora de dar codazos a sus rivales, en una etapa en la que el español Francisco Cerezo (Vitalicio) fue uno de los aventureros del día. Tom Steels, el mejor en las llegadas masivas de la segunda y tercera etapas, en esta ocasión tuvo que recurrir a alguna que otra artimaña para abrirse hueco en los metros finales. Primero le ganaba la posición al checo Svorada con un habilidoso codazo y poco después al italiano Cipollini cuando éste tenía tomada la denominada línea de velocidad.

La jornada en cuestión, la sexta, entre las localidades de Amiens y Maubeuge, de 171'5 kilómetros, fue recorrida por Mario Cipollini en 4 horas, 11 minutos y 9 segundos lo que significa una media de 40'9 kms-hora. Segundo fue el alemán Zabel y el estonio Kirsipuu sigue al frente de la clasificación general con 26 segundos de ventaja sobre Cipollini.

El primer español sigue siendo Abraham Olano a 57 segundos, mientras que Santos González esta a 1:07 minutos en el puesto doce y Angel Luis Casero el puesto 16 a 1:12 minutos, en una clasificación «orientativa» dominada por los esprinters que, a buen seguro, desaparecerán de los primeros puestos en la contrarreloj individual del domingo.

Como en la jornada anterior el «asunto corticoides» volvía a desviar el interés deportivo, pues a pesar de las declaraciones del presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), el holandés Hein Verbruggen, que dijo que el pelotón del presente Tour, por el momento, esta «limpio», algunos se empeñan en echar basura y seguir alimentando la polémica.

Indignación en muchos directores deportivos, entre ellos los cuatro españoles, que coincidían en señalar que no les sorprende la situación, pues la carrera estaba discurriendo sin sobresaltos y en ella sólo se estaba hablando de deporte. También, como si fuera un calco de lo sucedido el día anterior, el comienzo fue bastante rápido con numerosos tirones y cortes que no llegaron a prosperar, en muchos casos porque había muchos corredores y en otros porque entraba gente bien situada en la general como ocurrió con el ex-campeón del mundo y primer líder del Tour´99, Lance Armstrong.