El mallorquín Rafael Nadal, el argentino Juan Martín del Potro y el estadounidense Andy Roddick irrumpieron en los dieciseisavos de final del Abierto de Australia, donde también se situó la belga Justine Henin, campeona en 2004.

En un clímax propio de una final, del Potro, cuarto favorito, doblegó al estadounidense James Blake, 45 del mundo, por 6-4, 6-7 (3), 5-7, 6-3 y 10-8 en un gran partido de cuatro horas y 17 minutos, en el que el de Tandil demostró una gran frialdad para doblegar a Blake y continuar adelante en este torneo en el que el año pasado alcanzó los cuartos de final, pero en el que hoy sufrió lo indecible físicamente para hacerse con la victoria. Además de sus problemas en la muñeca derecha que arrastra desde la semana pasada en la exhibición de Kooyong, «Delpo» tuvo que llamar al fisioterapeuta para recibir masaje en el costado y muslo izquierdo, mientras que Blake también solicitó ayuda por un problema en el hombro izquierdo.

Fue el estadounidense el que tuvo en su mano el partido, cuando después de cuatro sets apasionantes logró situarse con 2-0 en el quinto, pero el campeón del Abierto de EE.UU. se rehizo para tomar el mando a partir del 9-8 y sentenciar en el siguiente juego, y fundirse después en un abrazo con Blake. Ahora, Del Potro se enfrentará con el alemán Mayer, que derrotó al serbio Troicki.

Nadal, defensor del título, superó sin problemas al eslovaco Lukas Lacko, 75 del mundo, y con 6-2, 6-2 y 6-2 sumó su novena victoria consecutiva en Melbourne Park desde que perdiera en las semifinales del 2008 contra el francés Jo-Wilfried Tsonga. Fue una jornada en la que el sol y las buenas temperaturas regresaron a Melbourne Park, y en la que se batieron dos récords de asistencia en la historia del torneo, el de la jornada diurna con 46.542 espectadores, y el de la general, diurna y nocturna, con 66.154 espectadores. Su frase «hoy he mandado», resumió lo que dio de sí el partido, porque el de Manacor no quiso sorpresas, y con un juego muy seguro desde el fondo se colocó rápidamente con 5-0.

Esa brecha abierta de forma fulgurante marcó ya el desarrollo del partido ante un rival, de 22 años, que hasta su victoria sobre el argentino Leonardo Mayer el lunes no había ganado un encuentro en el Grand Slam. La diferencia de nivel se hizo patente desde el primer momento, y parecía incluso que Nadal aprovechaba la ocasión para ensayar jugadas y golpes. En una hora y 53 minutos, el de Manacor solventó el partido.

Ahora tendrá Rafael Nadal la piedra de toque que verifique si su juego está alcanzando los niveles que él se exige, pues le sale al paso el alemán Phillip Kohlschreiber, que derrotó al australiano Wayne Odesnik, por 6-4, 3-6, 6-3 y 6-2, y a quien ha vencido en las cuatro ocasiones en las que se han medido y una de ellas en Melbourne Park, en 2007.

Andy Roddick se impuso al brasileño Thomaz Bellucci por 6-3, 6-4 y 6-4, y posiblemente sea sancionado por «obscenidad audible» repetida, tras increpar al juez de silla irlandés Fergus Murphy. El incidente se produjo en la primera bola de partido cuando Bellucci pidió el Ojo de Halcón después de que le hubieran cantado el bote fuera y la máquina demostrase que había sido bueno. Murphy concedió el punto al brasileño, y Roddick explotó al argumentar que él podía haber ido a por la bola. «Tu trabajo no es predecir si voy a poder llegar o no, tu trabajo es decidir si podría hacerlo», le recriminó, además de soltar alguna obscenidad.

Rectificación
El estadounidense, después de ver la jugada repetida en vídeo, admitió que se había equivocado con su conducta. Ahora le espera Feliciano López. Cayeron el checo Tomas Berdych y el serbio Victor Troicki y se colocaron en dieciseisavos el británico Andy Murray, el suizo Wawrinka, el francés Monfills, y el estadounidense Isner. En el cuadro femenino, la belga Justine Henin apartó a la rusa Elena Dementieva en dos horas y 50 minutos por 7-5 y 7-6 (6).