Una imagen de archivo de un derby entre la Peña Deportiva y el San Rafael. | MARCO TORRES

Que el San Rafael no tiene pegada no lo va a descubrir nadie ahora. El propio entrenador Mario Ormaechea siempre ha reconocido que a su equipo le «cuesta mucho marcar un gol a pesar de jugar muy ofensivamente». Lo verdaderamente increíble es que el equipo azulino, con un bagaje goleador tan pobre, esté donde está en después de 26 jornadas. Y es que, a pesar de promediar 0,92 goles por jornada, el conjunto ibicenco está inmerso en la pelea por el play off, del que lo separan únicamente tres puntos.

Los números no engañan y evidencian las carencias de los rafelers a la hora de definir. Los ibicencos sólo han marcado 24 goles en 26 jornadas. Pero lo más llamativo es que han sido incapaces de marcar dos goles en un mismo partido en el 73 por ciento de las veces. Es más, en nueve encuentros, lo que supone un 34.61 por ciento, ni siquiera han perforado las mallas rivales. Y aún así están arriba, lo que da un mérito increíble a su sistema defensivo.

Que la mayor goleada de los pitiusos haya sido un 3-1 sobre el Collerense tampoco dice mucho a favor de la artillería rafelera, comandada por Carlos Fernández. El ex ariete del Eivissa B, con el que jugó en Tercera División la pasada campaña, acumula siete dianas en 2.036 minutos, lo cual tampoco es una buena media para un depredador del área. No en vano, necesita 290 minutos para ver puerta o, lo que es lo mismo, más de tres partidos.

Sólo Adrián Ramos, que además ha actuado como centrocampista derecho en la mayoría de ocasiones, supera el promedio goleador de Carlos Fernández con tres dianas en 818 minutos, es decir, un tanto por cada 273 minutos. Más preocupante es el caso de Salazar, delantero firmado el pasado verano procedente del Mercadal, pues sólo lleva cinco dianas en 1.967 minutos (un tanto por cada 393) a pesar de haber participado en las 26 jornadas disputadas.

Sequía absoluta
La sequía goleadora del San Rafael ha ido a más con el paso del tiempo hasta el punto de que sólo ha mojado en cuatro de los últimos 11 partidos. A ello han contribuido las lesiones -cayeron Adrián Ramos, Bonilla, etcétera- y la falta de puntería de jugadores como Carlos Fernández. El pichichi del equipo marcó seis goles en las nueve primeras jornadas, pero desde entonces sólo ha transformado una diana, en concreto el pasado 29 de noviembre contra el Ferreries.

Cualquier equipo en el que su máximo goleador acumulara 12 jornadas consecutivas sin marcar, caso del San Rafael con Carlos Fernández, debería tener motivos para preocuparse. Sin embargo, los rafelers han sabido sacar petróleo de sus tantos y han saldado con un sobresaliente el objetivo de la permanencia. Eso sí, si los azulinos quieren optar al play off, más les vale ponerse las pilas en el apartado goleador.