Juan Alberti Oñate, verdugo este sábado del San Rafael en Coll d'en Rebassa, no debió dirigir el encuentro, de forma que no se habría producido el desastre mayúsculo que a punto estuvo de provocar la salida del terreno de juego de los futbolistas ibicencos por impotencia.
El trencilla mallorquín, famoso por su parcialidad al arbitrar a equipos pitiusos, no tenía designado ningún encuentro para la jornada 27 por parte del Comité Técnico Balear de Àrbitros emitido el pasado jueves 25 de febrero. Alberti Oñate, o bien estaba en la nevera por sus incendiarios arbitrajes, o bien fue reclamado a última hora para sustituir a José Luis Bosch, colegiado designado para el Collerense-San Rafael.
De hecho, Oñate no había pitado en las tres últimas jornadas. Entre los motivos podría estar su controvertida actuación en el encuentro disputado el pasado 6 de febrero entre el Binissalem y el CR Independiente. El equipo local, entonces quinto clasificado, goleó 5-0 a su rival, que ocupa plaza de descenso. El colegiado mostró en dicho partido dos cartulinas al 'grande' y seis al 'pequeño', incluida la expulsión por doble amarilla de Gerónimo del Olmo.
De vuelta al choque de este sábado, hay que recordar que Oñate mostró un total de 13 cartulinas, cuatro de ellas de color rojo. Guillermo Vallmitjana fue expulsado en el minuto 31 por una supuesta agresión que ambos equipos entendieron como justa. Dos minutos después, el Collerense empató de penalti por unas supuestas manos de Tomás que sólo Alberti vio. En el inicio de la segunda mitad, el bloque mallorquín se adelantó en el marcador gracias a un fuera de juego clarísimo que el linier y el colegiado obviaron. Tras esta acción, los futbolistas ibicencos pretendieron, incluso, abandonar el campo. El técnico, Mario Ormaechea, saltó al césped para evitar la marcha de sus jugadores, siendo también expulsado a la grada (min. 56). En el 58' mandó a los vestuarios a Pepe Grimaldo por un choque en un balón aéreo dividido. Por último, Oñati remató la faena echando a Carlos Fernández por increpar al público, gesto que no vieron los jueces, pero sí un directivo del Collerense, quien avisó al trencilla para que culminara la sangría de expulsiones.
¿El motivo por el que Oñate acabó dirigiendo el choque en lugar de Bosch? Sin respuesta. En el Comité de Àrbitros nadie atendió a las llamadas de esta redacción, como tampoco Gregorio Toledo, delegado insular. En el club rafeler también desconocen la causa.

Ormaechea: «El delegado, Romero, acabó llorando como un niño»
Mario Ormachea, 48 horas después del partido, apenas modificaba su discurso y su grado de indignación con el arbitraje de Alberti Oñati: «Fue un atraco, una pasada. Lo hicieron a drede. Hay que inhabilitarlo porque estábamos pegando un baño al Collerense y después de nuestro gol lo fastidió todo. Éso lo vio todo el mundo y suerte que había aficionados del San Rafael, porque si lo cuentas, nadie te cree»». El técnico desconoce el motivo por el que no arbitró Bosch Marqués: «Es un misterio, lo cambiaron a última hora». Después de la expulsión, Ormaechea se sentó en la grada. «El público se reía. Los del Collerense me decían que estuviera tranquilo», comenta el entrenador, que asegura no haber vivido nunca un arbitraje similar al del pasado sábado: «Mira que llevo años, pero no recuerdo en mi vida un arbitraje así. El delegado, Romero, cuando acabó el partido estaba llorando como un niño. Fue de traca». Mario subraya que su plantilla «está indignada y hundida». «Me dejan sin tres jugadores y encima el equipo está psicológicamente jodido», concluye.