Con la cabeza bien alta. Así murió la Peña Deportiva tras 210 minutos de intensa eliminatoria frente al Almería B. El plantel de Luis Rueda se despide de una excelente temporada con la conciencia tranquila, pero con el corazón herido. El filial rojiblanco se planta en la segunda eliminatoria de ascenso a Segunda División B tras superar a la Peña por un global de 4-3. Ayer, los andaluces fueron capaces de sobreponerse a un 2-0 favorable a la Peña con dos goles calcados a balón parado: el primero por mediación de Quique en el minuto 65. El segundo, el de la sentencia, a cinco minutos del final de la prórroga a través de Chico.
El encuentro, no obstante, lo mereció ganar la Peña Deportiva. Por valentía, por coraje y por fe. Al menos durante 90 minutos. La eliminatoria se pondría demasiado pronto muy de cara para los pupilos de Luis Rueda. Cuando aún no se había cumplido el primer minuto de encuentro, Nacho del Moral botó con elegancia una falta lateral. Neftalí ganó en el segundo palo el salto con el portero rojiblanco y Nico, tras peinar Carlos López en el primero, estableció con temple el primero de la tarde.
La grada del Municipal, inundada instantes antes con globos y papelillos blanquinegros, creyó más que nunca en la victoria. También el 'once' de Santa Eulària, que poco después pudo remachar su increíble entrada al partido en otra jugada de estrategia.
El Almería B y su técnico, José María Salmerón, parecían contrariados. Sorprendidos por la avalancha ibicenca. Tras una acción peligrosa de Carralero, junto a Baby el hombre más desequilibrante del filial, Del Moral cogió la 'moto' para desbordar por el centro y su envío al área lo remató acrobáticamente Carlos López. Àlvaro, esta vez más certero que en el gol, evitó el segundo de la Peña (minuto 10).
El partido tenía un claro color merengue, pero el colegiado comenzó a nivelar la situación friendo a faltas al cuadro pitiuso. Aún así, nada parecía contener el buen juego local. Los hombres del centro del campo se sacudían la presión rojiblanca jugando al primer toque, haciendo el campo ancho y derrochando pundonor.
Con la Peña volcada llegó el segundo (min. 40). Gavilán efectuó un larguísimo saque de banda cuyo rechace recogió Raúl Gómez. De volea, el extremo ibicenco cruzó el esférico con potencia para encarrilar el pase. Un tanto de bellísima factura que enloqueció a la grada y que permitía una cierta tranquilidad de cara a la segunda mitad.
El encuentro se niveló tras el asueto. La Peña mantenía un control territorial del juego y Del Moral asumía protagonismo. Pero el bloque almeriense no bajaba los brazos. A los 55 minutos reclamó un posible penalti por manos de Neftalí y, tras varias faltas laterales con cierto peligro, recortó distancias en el marcador. Jesús Rubio, especialista a balón parado, sirvió al primer palo y Quique, que había entrado dos minutos antes al partido, peinó al segundo palo para establecer el 2-1 (min. 65).
Expulsión de Rueda
Con la eliminatoria igualada y tres tantos de estrategia se alcanzaba la recta final. Un periodo marcado por la expulsión de Luis Rueda por sus airada protestas al linier. La inexistencia, a su juicio, de la falta que dio origen al gol rojiblanco fue el motivo de una pequeña tangana (min. 71). La furia del asturiano y la consiguiente reacción de la grada espolearon al equipo local, que pudo conseguir el tercero en sendas acciones de Del Moral. La primera con un centro medido a Raúl Salas cuyo cabezazo pudo repeler un defensa con la mano, y la segunda, en un libre directo que salvaron Àlvaro y el poste (min. 84).
En la prórroga las fuerzas abandonaron a la Peña. Rueda ya había realizado los tres cambios, mientras Salmerón se guardaba un último cartucho. Físicamente llegó mejor al tramo decisivo el Almería B, que pasó a ser el claro dominador en los segundos 15 minutos de la prórroga.
En el minuto 111, Rubio botó de nuevo con maestría una falta peligrosa, avisando de lo que ocurriría instantes después. Entre tanto, los calambres apenas dejaban continuar a hombres como Del Moral, Salas o Iván Torres, pero el equipo se resistía a morir en la orilla. Los penaltis parecían la única fórmula para superar la primera eliminatoria.
Mazazo a última hora
El colegiado pitó en el minuto 114 una dudosa falta de Abel por empujón en un salto. El libre directo, escorado en banda derecha, volvía a ser propicio para Rubio. Su ejecución, con una rosca endiablada, la cabeceó al fondo de las mallas Chico. El Almería B tenía el billete a la segunda fase en el bolsillo. La Peña vivió su particular pesadilla, pero cayó con la cabeza bien alta.