Miguel Marí, segundo por la izquierda, antes de comenzar los dieciseisavos de final.

Miguel Marí (Eivissa, 24-05-1978) se ha colado en la elite mundial del pádel en su primera aventura internacional. El ibicenco, que forma pareja con Javier Martínez -un argentino que ha trabajado durante la temporada veraniega en la isla y que ya la abandona-, se ha adentrado en el cuadro final del VI Internacional Ciutat de Palma Trofeo Oxidoc, una de las pruebas que componen el Pádel Pro Tour. Casi nada.
Marí, que trabaja en una compañía de seguros y da clases de pádel en el Club de Campo, practica este deporte desde el año 2000, si bien ésta es su primera participación en un 'grande'. «Me lo propuso mi compañero y acepté para vivir una nueva experiencia. Nos ha ido bien, pero las previas han sido muy duras», indicó el jugador, que tuvo que superar dos fases previas para plantarse en los dieciseisavos de final. Las parejas Calafell Calero-Suasi Mendoza, Àlvarez Pérez-Roselló Sánchez y González Neria-Sánchez Uceda fueron sus víctimas en la 'preprevia', y Parra Souto-Ramos Saldivia y Martín Campos-Sánchez Vera, en la previa.

Una experiencia
El tándem formado por Juanjo Gutiérrez, número 40 del Pro Tour, y Gastón Malacalza, número 17, fueron los verdugos de Miguel Marí en la noche de ayer, en la que puso el punto y final a una aventura que comenzó el martes. Pese a sus grandes resultados, no piensa en el profesionalismo. «No puedo dedicarme a jugar el circuito porque ya tengo mi trabajo. Me tomé esto como una experiencia para ver a los buenos y nada más», explicó el ibicenco, todo un 'crack' del pádel.

Belasteguin y Díaz, los favoritos
Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguin son los nombres de referencia en el cartel de lujo del Trofeo Oxidoc. Cinco triunfos consecutivos les mantienen como líderes indiscutibles del Pro Tour, pero Díaz advierte que «el nivel de exigencia es cada vez mayor, hay más cantidad de buenos jugadores que en otras épocas y los partidos son difíciles desde primera ronda». La cita mallorquina del circuito ha destacado por su afluencia de público, que constata «la locura que hay por el pádel», tal como apuntó Díaz. «Es increíble la cantidad de gente que sigue los torneos y eso se debe en gran parte al esfuerzo realizado por los organizadores, porque las pruebas han mejorado mucho y es de agradecer en estos años de crisis», sentenció el número uno mundial.