Luis Rueda, entrenador de la Peña.

Las aguas bajan menos revueltas en la Villa del Río tras la última victoria del año en Montuïri (1-2). La Peña Deportiva encara las Navidades en la sexta posición con el propósito de demostrar en 2011, a base de sacrificio y resultados, que no es un equipo fracasado.
No han sido semanas fáciles de digerir para un Luis Rueda que desató su emoción tras escuchar el último pitido de silbato de 2010. Sólo él y sus compañeros de banquillo conocen la tensión que ha acumulado la plantilla tras los tropiezos frente al Constància y el Poblense en este gélido mes de diciembre. Los goles de Raúl Casañ este domingo supieron a gloria; fueron el mejor bálsamo para aliviar la rigidez anímica y física que atenaza al equipo.
«El partido en Montuïri fue muy difícil, con muchos nervios y en el que tuvimos que volver a tomar decisiones difíciles», explica el entrenador de la Peña, que recuerda con pesar el golpe que sufrió Fofi en los primeros minutos y que le impedía respirar con normalidad; la nueva lesión de Berto o los insufribles dolores de Edu Moral. «No teníamos jugadores para suplir esas posiciones. La semana que pasamos fue muy complicada y todos se dejaron la vida a pesar de las lesiones. Cuando pitaron el final salieron la tensión y los nervios. Estábamos con un cierta ansiedad y es normal la emoción; pero tampoco celebramos la Liga ni nada de eso como se ha dicho», indicó ayer Luis Rueda desde el aeropuerto de Barajas, el nexo de unión entre Eivissa y su Asturias natal donde cogerá fuerzas para la segunda parte del campeonato.
Las adversidades han servido para descubrir, por ejemplo, que «Vicent está entonándose» o que «Rubén Martínez asume responsabilidades». «Hay un equipo inferior al del año pasado, pero todos juntos podemos dar más», añade el técnico asturiano. El triunfo en Montuïri no significa «más que tres puntos» pero, como apunta Rueda, permite «no caer en más nerviosismo».
La Peña se marcha de vacaciones «igual que llegó en verano, con ganas de acabar bien el año» porque, tal y como advierte el míster, «las conclusiones no se sacan en diciembre». «Como dicen en mi pueblo, las notas se ponen a final de curso», remarcó.
Balance
Como balance a este último tercio de 2011, el entrenador del grupo ibicenco resalta que «se han juntado cinco o seis factores que han llevado a este nerviosismo», como «la mala suerte en muchos partidos, las lesiones en momentos clave como el partido con el Binissalem, los empates, los postes, los penaltis...». Circunstancias que impiden a la Peña «estar con 36 puntos -en la cuarta posición- y sin que hubiera pasado nada».
El deseo de Luis Rueda para el próximo año es «poder tener un equipo competitivo». «Lo primero es que los seis o siete jugadores que tienen molestias vuelvan en perfectas condiciones para ofrecer un buen rendimiento», concluye el asturiano, no sin antes recordar que Miguel Àngel Bazán y Diego Piquero «van a seguir lesionados cuando volvamos».

"Maxi es del equipo hasta que no me digan lo contrario"
El preparador de la Peña no quiso opinar sobre la posible marcha en el mercado de invierno del argentino Maxi Re, quien no ha sido capaz por diversos facortes, entre los que están las lesiones, de demostrar su categoría en el plantel ibicenco. «A día de hoy sólo sé que está lesionado», comentó Luis Rueda, que desea para el interior zurdo «unas felices fiestas y que disfrute junto a su familia». El técnico afirmó que el futbolista «pertenece a la plantilla hasta que alguien no me diga lo contrario».