El Mitsubishi del JJ Fernández en la Pujada.

La celebración de la 27 edición de la Pujada a sa Cala, última prueba del Campeonato de España de montaña prevista para los días 15 y 16 de octubre en Sant Vicent, Eivissa, depende de una última reunión que tendrá lugar mañana entre el organizador, Manolo Ruiz de Adana, y el conseller d'Esports, Rafa Triguero.
El Automóvil Club de Ibiza necesita el apoyo económico de las instituciones para sacar adelante una prueba que este año espera contar con un presupuesto de unos 45.000 euros; de los cuales 20.000 debería aportarlos el Consell.
«Estamos trabajando en la prueba como si no ocurriera nada, pero está 'chungo'. Tenemos ya toda la documentación necesario de las federaciones española y balear; los permisos; los contactos con los hoteles... Pero falta el tema económico. Estamos con ganas y ánimo de hacerla pero si no nos dan unas garantías, con todo el dolor de mi corazón, nos echaríamos para atrás», confesó ayer el presidente del Automóvil Club.
Hace varias temporadas, el presupuesto de la prueba alcanzaba los 80.000 euros, como recuerda Adana, pero con la situación económica, la Federación Española ha aceptado reducir gastos en licencias para, así, abaratar costes. «Pero sólo con el tema de los seguros se nos van más de 20.000 euros», apunta el responsable de la Pujada a sa Cala, una de las citas con más tradición de la Isla. La organización ya ha hecho un desembolso de 8.000 euros para la inscripción en el calendario del nacional y un desplazamiento a Madrid. Además de la financiación privada, en cuya búsqueda también se centra Adana, es indispensable el apoyo institucional.
«Estoy haciendo presión y este jueves me reúno con el conseller. Si me da garantías para hacer la prueba, vamos para adelante. Necesitamos, al menos, 20.000 euros, pero con lo que estoy leyendo todo los días, también están en el aire», advierte el organizador.