Suso, que en esta imagen golpea el balón de cabeza, fue el mejor jugador del duelo. El extremo chutó tres veces a puerta, marcó dos goles y dio la asistencia que supuso el 3-1, obra de Paolo.

Lo que es el fútbol. El Atlético Isleño, ese equipo divorciado con el gol, se subió ayer al altar para casarse con él en una tarde de efectividad absoluta. Tres disparos entre los tres palos y tres goles en 90 minutos. Cualquiera lo firmaba. Dos dianas del habilidoso Suso sirvieron para remontar un partido que no pintaba nada bien en la primera parte, que se saldó con 0-1 a favor de un Llosetense que puso el juego y las ocasiones. Eso sí, tampoco es que hiciera un réquiem al fútbol, porque los primeros 45 minutos fueron, por lo general, una batalla física con el juego directo como arma ofensiva.

La primera aproximación del Llosetense se produjo poco antes del cuarto de hora y acabó en gol. Bardolet recibió un balón en profundidad, se plantó solo ante el portero y cruzó el balón al fondo de las mallas. Acto seguido, Toni Coll probó fortuna desde la frontal del área, pero lanzó fuera.

El Isleño estaba tocado. No veía la manera de llegar a puerta y, de hecho, sólo tiró una vez en los primeros 45 minutos. Suso, en el 24, disparó desde la esquina del área... y a las nubes. A eso se redujeron los argumentos ofensivos de un Isleño que, pese a insistir en la habilidad de sus bandas, no halló la forma de penetrar en la zaga mallorquina.

Los minutos finales fueron un suplicio para los locales. Primero, porque perdieron a Grimaldo por lesión y César tuvo que salir al campo prácticamente en frío para jugar en la banda contraria en la que suele hacerlo; y, segundo, porque Bardolet perdonó el 0-2 en un remate a placer.

Todo cambió tras el descanso. Apenas se llevaban tres minutos de juego cuando Suso, en un zapatazo a bote pronto, estableció el empate en el primer disparo entre los tres palos de los pupilos de Antonio Asensio. Bardolet trató de replicar, dos minutos después, con un remate escorado que tapó Ángel a pesar de su tardía salida. No fue el Llosetense el que mordió de nuevo, sino el Isleño, que completó la remontada en el 52. Suso quién si no, perforó otra vez las mallas tras aprovechar un rechazo con un disparo cruzado.

El Isleño había hecho lo más difícil y, consciente de ello, el técnico Antonio Asensio decidió retirar a Franco y dar entrada a Iñaki, mucho más peleón, fresco y preparado para plantar guerra en la medular. El recién incorporado alternó su función como perro de presa con la de media punta, dependiendo de si el equipo defendía o atacaba.

Movimientos

A Óscar Troya, que ya había sacado a Kiko por Marc Rojals, no le quedó más remedio que mover pieza también para tratar de sacar un resultado positivo de Can Misses. Retiró a Juanito y Toni Coll de una tacada para dar entrada a Crespí y Reynés. No le sirvió de mucho. Primero, porque los suyos no llegaron a inquietar en ningún momento la meta local y, segundo, porque Paolo, a falta de un cuarto de hora, sentenció la contienda al aprovechar en el segundo palo una asistencia de Suso. Cuando parecía que Sergi Rojals llegaba con claridad al despeje, se tragó el esférico y el camerunés subió el 3-1 al marcador.

Para la estadística

Cuando el partido entró en su tiempo de prolongación, Andrés, con un disparo tímido, dócil y lejano, y Paolo, con un chut raso, sumaron dos nuevos tiros a puerta para la estadística, que reflejó al final cinco disparos entre los tres palos, uno fuera y tres goles para un Isleño que ya está más cerca del ‘play off’ que de la zona de descenso. Esta victoria llena de moral al cuadro de Asensio, que logró su segunda victoria como local, al tiempo que hunde un poco más a un Llosetense del que muchos dicen que tiene la mejor plantilla de la categoría pero que no para de decepcionar jornada tras jornada. Y ojito, porque parece haber heredado la sombra de la Peña Deportiva de los dos años anteriores y tiene visos de quedarse fuera de un ‘play off’ en el que tendría que estar sí o sí.