La etapa de Juan José Forneri (Eivissa, 31-05-1964) al frente de la Sociedad Deportiva Portmany toca a su fin. Al término de la presente campaña expirará el mandato del empresario de Sant Antoni, que quiere recuperar ‘horas de vida’ junto a los suyos y descansar de la responsabilidad que supone dirigir un club de la envergadura del portmanyí. Pero antes, Forneri ha tenido el privilegio, como él mismo define, de organizar la fiesta por el 90º aniversario de la entidad; y mantiene el deseo de abandonar el cargo con el primer equipo en Tercera División, la categoría que tantas tardes de gloria dio al club nonagenario y a su gran familia.

—¿Qué sensaciones le quedan tras la celebración el domingo del 90º aniversario del club?
—Una sensación magnífica. He tenido la suerte de que me tocara a mí esta conmemoración. Nos juntamos todos los expresidentes y fue algo muy bonito. A algunos hacía mucho tiempo que no los veía.

—Repasando la lista de presidentes que ha tenido el Portmany le vendrían muchos recuerdos a la cabeza...
—Cuando jugué yo era la época de Pepe Sala y de Botja, aún lo recuerdo. Luego estuve como compañero de directiva con Parra, con el que hay mucha afinidad, aunque al ser un pueblo pequeño tenemos amistad con todos. Hemos vivido muchos momentos bonitos en el Portmany.

—¿En qué etapa ha disfrutado más con el club, como jugador, aficionado o directivo?
—La etapa que más he disfrutado fue hace cinco años cuando estuve trabajando con los niños. Tengo el carné de entrenador y poder trabajar con el fútbol base es increíble, es de las cosas más bonitas. También se recuerda con nostalgia la etapa de jugador, pero es un sentimiento distinto.

—¿Los mejores años del Portmany ya han pasado o están por llegar?
—Es muy difícil de decir porque aquellos años enfrentándonos al Atlético de Madrid o al Rayo Vallecano en la Copa del Rey... Los años en Tercera División... [décadas de los ‘70 y ‘80] Pero estoy convencido de que los mejores años del periodo actual están por llegas. La meta, como sabemos todos, es volver a Tercera.

—Este año han tirado la casa por la ventana con motivo del aniversario. ¿El salto a Tercera es ahora o nunca?
—Es nuestra ilusión. El año pasado casi se pudo conseguir, pero perdimos potencial porque algunos jugadores fueron a reforzar al Atlético Isleño. Este año, con Pepe Arabí, hemos podido confeccionar un gran equipo cuya base son jugadores del Portmany de toda la vida. Con Pepe la propuesta y el estilo es de jugar bien al fútbol y, si podemos ofrecer espectáculo, mejor. Estamos viendo partidos muy buenos a nivel de juego y toque. Hay que seguir trabajando

—¿Es cierto, como piensan muchos, que el Portmany ha hecho su plantilla a golpe de talonario?
—Lo desmiento y no tengo problemas en decirlo muy claramente: el Portmany actualmente no paga por jugar. Es cierto que intentamos dar alguna prima y que, si el equipo asciende, se intentará premiar a los jugadores. Se habla mucho, pero no es cierto que se les pague. A los tres o cuatro jugadores que entrenan a equipos de la cantera sí se les ayuda, pero al resto no. Me gusta ir con la verdad por delante. La cabeza y las cuentas están muy claras, no malgastamos el dinero que tanto nos cuesta conseguir en estos momentos.

—¿Esperaban este espectacular inicio liguero del equipo juvenil en Liga Nacional?
—Estamos muy contentos con el juvenil. Maymó y Casanova tienen las cosas muy claras y les inculcan a los jugadores ese carácter. Todos trabajan juntos, como un bloque, y saben que cada punto conseguido es uno menos para alcanzar la permanencia. Aparte de los tres o cuatro jugadores de mayor calidad, ése es el éxito del grupo.

—¿En qué momento de salud se encuentra el club en los apartados social y económico?
—En un momento maravilloso después de la resaca del aniversario. Deportivamente ahí están los resultados, aunque en la cantera sabemos que esto no es lo más importante. Trabajar, enseñar y educar ya es una gran victoria. En el apartado económico, ya desde la época anterior a Parra [anterior presidente del club] se están saneando las cuentas. Hoy por hoy el Portmany está a cero. En lo social, la masa del club es muy importante. El domingo éramos cerca de 1.000 personas en el campo y la gente se está animando más gracias a los resultados del primer equipo y del juvenil. Hay una ilusión ya desde el año pasado. Los partidos competitivos, en los que hay emoción, animan a la gente.

—¿Tiene pensado abandonar el cargo en julio cuando se convoquen elecciones?
—Tengo difícil seguir. Personalmente llevo ocho años luchando, cuatro como vicepresidente y cuatro como presidente. Tengo que hablar con mi familia porque esto te quita tiempo de tu vida personal y de negocios, que hoy en día requiere mucho trabajo. Espero que el siguiente salga de nuestra actual directiva. No me desprenderé del Portmany, pero no creo que repita.

—Conseguir el ascenso sería, pues, poner el broche de oro a su gestión.
—Sería lo más bonito, dejarlo con el equipo en Tercera. Pero subir con las cuentas saneadas; es la base de nuestra directiva, no a costa de endeudarnos.