Manolo Aparicio, jugador del San Rafael, cae el suelo durante el pasado encuentro ante el Felanitx, con el colegiado Mulet Pacis observando la acción.

La polémica actuación arbitral de Puigserver Trobat el pasado domingo en el encuentro disputado entre el Alcúdia y la Peña Deportiva, en el que los mallorquines se vieron beneficiados por dos rigurosas decisiones arbitrales para levantar un 1-3 adverso (3-3), y la predisposición de los colegiados a sancionar penas máximas (hasta 16 en 27 jornadas) o a dejar en inferioridad numérica a sus rivales de turno (hasta en nueve ocasiones), ha puesto en preaviso al San Rafael ante la visita a la Isla de los alcudiencs el próximo domingo (16,30 horas).

Tampoco olvidan en la caseta de Vicente Román el partido disputado en la primera vuelta, que saldó con idéntico 3-3, en el que fueron perjudicados con sendos penaltis y con la expulsión de Paco Maline.

El vestuario ‘blue’, alimentado por los precedentes, mantiene la convicción de que su labor en el terreno de juego podría no ser suficiente para sacar el partido adelante ante el tercer clasificado. Con el descenso como gran amenaza, lo que menos necesita el conjunto de Vicente Román es verse perjudicado por decisiones arbitrales. Y sospechas no le faltan.

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