El marchador ibicenco posó ayer con su polo oficial de la selecicón y la última medalla obtenida en el Campeonato Iberoamericano. | (c) Sergio G. Canizares

Marc Tur Picó (Eivissa, 30-11-1994) es la joya de la corona del atletismo pitiuso en la actualidad. Con solo 19 años de edad, el de Santa Eulària ha pasado de promesa a figura de la marcha nacional en apenas una temporada, tiempo que le ha sido suficiente para lograr un título absoluto en el Campeonato de España de 35 km de marcha en ruta y cuatro medallas de plata, a saber, en el Campeonato de España Promesa, el Campeonato de España de Federaciones Autonómicas, el Campeonato del Mediterráneo sub 23, y el pasado fin de semana, en el Campeonato Iberoamericano en pista disputado en Sao Paolo (Brasil). Atleta y estudiante ejemplar, Marc Tur aspira a ser el quinto deportista que representa a las Pitiüses en unos Juegos Olímpicos.

—Cuando el pasado mes de noviembre cumplió 19 años, ¿pasaba por su cabeza conquistar todas estas medallas?

—No pensaba que llegaría tan lejos. Mi objetivo era clasificarme para la Copa del Mundo y lo conseguí, y a partir de ahí no esperaba que fuera a más. Cuando hice campeón de España, que ha sido uno de mis mayores logros, no me lo esperaba. Después de la Copa del Mundo tampoco esperaba hacer mínima para el Europeo o hacer segundo del Iberoamericano, al que tampoco pensaba que iría. Así que estoy contento y satisfecho.

—¿Cuál de todas ellas le ha hecho emocionarse de verdad?

—Quizá, porque me llegó de sopetón y porque fue la primera competición importante que realizaba en el año, el Campeonato de España de 35 kilómetros. Poder ganarlo fue lo que más me llenó. Esta última en Brasil también me llenó, es una competición internacional y lo tengo en cuenta, pero no me llenó tanto porque no estaba con todos mis amigos de la marcha ni mis padres. En Murcia cuando fui campeón de España sí que estaban y sentí que me llenó mucho más.

—Alcanzar el podio en un Iberoamericano, celebrado en la sede de las próximas Olimpiadas y logrando la segunda mejor marca española, debe ser especial.

—Realmente cuando llegué a meta segundo, después de lo que me costó dar 50 vueltas a la pista con todo el grupo y no yendo en solitario. Sufrir tanto y al final ver que eres segundo es una gran satisfacción. Pensar que dentro de dos años cabe la posibilidad y espero poder estar en los Juegos de Río pues te emociona más. En cuanto a la marca, no me enteré hasta que lo vi por Twitter de que era la segunda mejor marca española de todos los tiempos.

—Por año nuevo nos confesaba su deseo de estar entre los cinco mejores marchadores de España. ¿Siente que lo ha conseguido?

—Sí, realmente sí. Más que nada porque se ha visto reflejado en las marcas y he conseguido estar ahí entre los cinco primeros incluso en algunas distancias entre los tres primeros. Realmente espero mantenerme ahí estos dos años que quedan para las Olimpiadas para poder clasificarme. Es duro estar ahí delante en la marcha.

—Sin embargo, se ha quedado fuera del Europeo de Zurich. Siendo aún promesa, ¿lo considera una decepción?

—Por un lado, cuando me quedé fuera lógicamente te llevas un chasco por toda la ilusión que habías puesto durante la temporada desde la primera hasta la última prueba clasificatoria. Te llevas una decepción, pero por otro lado, recapacitas y ves que me queda mucho. Tengo que mejorar en muchos aspectos, como siempre digo, técnicamente y a nivel de entrenamientos, y si sigo mejorando espero estar entre los tres mejores. Lo veo posible.

—¿Qué le dicen sus seres queridos, su entrenador de toda la vida, Mariano Riera, y la gente que le ha visto crecer cuando le ven codearse con los mejores?

—Ellos siempre han estado ahí y creen que voy a ser campeón del mundo, medallista olímpico, y yo les doy las gracias. Siempre me están apoyando, siempre están preocupados por mí y por eso sigo adelante. Cuando empecé la marcha nunca pensé que llegaría donde he llegado, pero todo el mundo me dice que aún queda mucho y a ver si consigo meterme en esos Juegos tan deseados de Río 2016.