Pepet Colomar, a la izquierda, y José María Cardona, a la derecha, ayer a su llegada al aeropuerto de Eivissa. | Toni Escobar

«Cuando llegamos al pueblo y cruzamos la meta, nos invadió la emoción a saco y se nos cayeron los lagrimones». Con estas palabras recuerda José Antonio ‘Pepet’ Colomar (Grup Esportiu Es Vedrà), de 35 años, el final de la Ultra Trail Mont Blanc (UTMB), una cita que él y José María Cardona (Trijasa y Club Escalada Eivissa), dos ibicencos amantes de este tipo de retos, completaron juntos el pasado fin de semana. No es un evento cualquiera. Se trata de una prueba de ultrafondo que consiste en dar la vuelta a dicha montaña a través de 168 kilómetros, con un desnivel positivo de alrededor de 9.600 metros. Tenían que terminarla en menos de 46 horas, límite fijado por la organización, y lo hicieron en 41h15’04’’ para acabar en el puesto número 805 tras pasar dos noches sin dormir. Impresionante.

«Si hubiésemos ido solos, no sé si la habríamos completado. La idea se te pasa por la cabeza, pero dijimos que había que ir hasta el final y lo hicimos. Es imposible ir todo el rato contento. Tienes malos momentos y los debes superar. El juego psicológico influye bastante. Yo creo que al 80 por ciento de las personas que fuimos a la prueba se nos pasó por la cabeza abandonar y pensamos en no volver jamás, pero luego se te quitan las ampollas y ya estás pensando en hacer otra», explicó Cardona, de 42 años, ayer a su llegada al aeropuerto de Eivissa.

Tan exigente era esta competición que Pepet llegó a hablar de «tortura psicológica». «Lo más duro fue el último puerto, muy técnico. Ahí jugaba un papel fundamental la psicología. Sabes que es el último puerto a subir, pero nunca tienes claro cuándo acaba la subida. Subes un repecho y te encuentras otro más. Fue una hora y media de tortura psicológica», explicó.

Cardona no llevó bien eso de «dormir poco». «Las noches fueron duras. No sabíamos si parar un poco, si seguir... Eso fue lo más difícil de todo», apuntó. Pepet también recordó que la lluvia inicial también hizo mella: La prueba empezó con lluvia a las 17,30 horas y no paró hasta las 06,00 horas o así. Si ya es peligrosa con buen tiempo, imagina con lluvia. Había mucho barro en los descensos y la gente se caía», señaló.

Pese a las dificultades existentes, ambos fondistas se lo pasaron bomba. «Es una prueba muy bonita, con muchos participantes y mucha afición. El primero tardó poco más de 20 horas y nosotros el doble, pero aun así la meta estaba llena de gente animando», comentó Cardona. En un discurso similar se pronunció Pepet: «El circuito es espectacular. Dar la vuelta al Mont Blanc y ver salir el sol dos veces ahí es una pasada. Además, la organización estuvo perfecta, de diez». Eso sí, lo de volver a participar queda en el aire. «Si me preguntas ahora mismo, te diría que no, pero ya veremos», indicó Colomar.

Colom, en solitario

Pepet y José María no fueron los únicos ibicencos en Mont Blanc. Joan Josep Colom, de 42 años, participó en la Courmayeur Champex Chamonix (CCC), una variante de 100 kilómetros de distancia. El ibicenco, que regresó anteayer a la isla, acabó en la posición número 493 con un crono de 21h03’45’’. Fue de menos a más y entró en meta como si llevara cinco minutos corriendo.

Para él la prueba «no fue muy dura». «Todo depende de cómo te la tomes. Si te la tomas para sufrir, sufres, porque es un circuito durísimo. Subes muy arriba y todo son piedras. Yo salí el 1.600 y llegué el 493. Y, encima, no estoy ‘picado’ ni tengo ampollas. Ya me advirtió Darío que fuera con cuidado hasta la bajada. Pasas de estar seis o siete horas subiendo a bajar 20 kilómetros por un sendero de piedras. Si te animas y te pones a correr ahí, cuando llevas dos horas bajando tienes ya unas sobrecargas que no puedes ni andar. Yo fui tranquilo hasta ahí y luego empecé a correr. Llegué corriendo y adelantando a gente en el kilómetro 100», explicó.

Colom hizo el recorrido «en solitario». «Fui unas seis horas con una pareja francesa, pero se quedaron atrás. Creo que le salió ampollas a uno», comentó el ultrafondista, que acudirá a la próxima edición de la Ultra Pirineu. «Esto es divertido si lo haces por gusto. Si fuera por obligación, sería otra cosa», afirmó Joan Josep, que, junto a Pepet y Cardona, se encargaron de dejar el sello pitiuso en Mont Blanc.