Un instante del partido del pasado domingo en Ciutadella. | Gemma Andreu

La Peña Deportiva ha comenzado la temporada con una inusual anomalía en su respuesta defensiva. Falta de intensidad, de concentración o de acoplamiento entre las nuevas piezas del cuadro deportivista son algunos de los motivos por los que el bloque de Ormaechea ha encajado siete tantos en las cinco primeras jornadas ligueras.

Goles que le han conducido a encadenar dos derrotas –Sóller y Penya Ciutadella– y a situarse en la décima posición, un emplazamiento impropio de un equipo que viene de ser campeón y subcampeón en los ejercicios precedentes.

Es la solidez defensiva, precisamente, una de las principales virtudes del bloque del técnico catalán, quien ya ha mostrado su preocupación ante el irregular comportamiento del equipo en su línea de flotación. Tras la derrota este domingo en Ciutadella (2-0), un feudo que siempre se le ha resistido al bloque de Santa Eulària, el preparador barcelonés admitió que su equipo «no está fino», aunque reconoció desconocer las causas que le están llevando a encajar goles con tanta facilidad.

Únicamente los cuatro últimos clasificados han recibido más goles que el conjunto de la Villa del Río, que curiosamente tan sólo ha dejado la portería a cero en su victoria frente al Formentera (2-0).

El año pasado la estadística era bien distinta. Javi Seral, que este año defiende el arco del San Rafael, sólo había recogido un balón de su portería a estas alturas y el equipo marchaba tercero con tres puntos más a su favor.
Las salidas del guardameta mallorquín y de los defensas Fofi y Adrián Rosa (este último con destino al Constància) podrían haber desestabilizado la estructura del equipo, aunque es quizá la baja por lesión del mediocentro José Luis la principal grieta en la retaguardia blanca. Ormaechea espera recuperarlo la próxima jornada, cuando el equipo ibicenco recibirá al Alcúdia en el Municipal de Santa Eulària.