Lander, a la derecha en la imagen, celebró por todo lo alto el gol que marcó ayer contra el Ferriolense.

El Formentera continúa a lo suyo. El equipo rojillo sigue sin ofrecer el potencial que se le presupone, pero lo cierto es que rentabiliza al máximo los pocos goles que mete. Ayer firmó contra el Ferriolense una nueva victoria por la mínima (1-0) para seguir en la zona de ‘play off’. Y, de los seis encuentros en los que ha vencido, ya son tres las veces que ha sumado los tres puntos anotando un único gol.

El conjunto de Luis Elcacho tiene una solidez defensiva majestuosa, digna de elogio. No en vano, tras dejar ayer su portería a cero una vez más, ya son 636 los minutos consecutivos que lleva sin encajar un tanto en liga. Pero, igual que brilla en defensa, flaquea en ataque. El cuadro formenterense está exhibiendo un juego intermitente. Ayer incluso llegó a ser impreciso por momentos ante un cuadro ‘ferriolenc’ que acarició el empate en la segunda parte pero que se marchó con el mismo marcador de cada temporada: 1-0.

El partido prometía mucho. No en vano, se medían dos equipos a los que les gusta rasear y tocar el balón. Sin embargo, ni uno ni otro estuvieron finos en el primer tiempo. Ninguno se apoderó del centro del campo y sólo una puntual acción de calidad de Lander Gabilondo hizo que se moviera el marcador en estos primeros 45 minutos

En la segunda aproximación local –Urrea había probado fortuna desde la frontal pasada la media hora de juego–, el vasco firmó un gol de bandera, un tanto que aspira a ser de los mejores de la temporada. Górriz le sirvió con la cabeza un balón aéreo y decidió rematar de chilena desde el punto de penalti. El golpeo fue tan excepcional que el balón se alojó en el fondo de la red defendida por Juanmi. La grada del Campo Municipal de Sant Francesc se venía abajo. No era para menos. No se ven goles así todos los días.

Mejoría

Con el marcador a favor, el Formentera mostró otra cara en el segundo tiempo, pero también el Ferriolense. Al contrario de lo visto en el primer tiempo, los dos equipos empezaron a hilvanar jugadas de calidad. En el arranque, Bernal y Lander intentaron poner tierra de por medio sin éxito.

Luis Espinosa decidió mover ficha y, con un doble cambio, los suyos mejoraron notablemente. Con Ferragut y José Ruiz, los suyos comenzaron a amenazar la victoria rojilla. De hecho, Fran Soriano tuvo en sus botas el empate en el minuto 63 tras un pase raso de Camilo desde la línea de fondo. Con todo a su favor, remató incomprensiblemente por encima del larguero. Fue la mejor ocasión de los azules, que, como cada año, acabaron hincando la rodilla por la mínima ante un Formentera que puede ofrecer mucho más a poco que mejore arriba. De momento, la efectividad supera a la vistosidad.