Entre Dus y Fidalgo bloquean el remate de Ruiman en una acción del partido de ayer en el pabellón de es Viver.

USHUAÏA: 3

VECINDARIO: 2

El Ushuaïa Ibiza Voley está en racha. El equipo ibicenco cosechó ayer su quinta victoria de la manera de forma consecutiva tras deshacerse del Vecindario Gran Canaria en un partido de los que hacen afición. Eso sí, se dejó el liderato atrás al sumar dos en vez de tres puntos.

El equipo ibicenco comenzó como una auténtica apisonadora, haciéndose con los dos primeros sets en un abrir y cerrar de ojos por una diferencia de diez puntos. Pero los canarios no habían hecho tantos kilómetros para ofrecer tan poco, se metieron de nuevo en el partido y forzaron el quinto set, que acabó cayendo del lado local gracias, sobre todo, a la actuación de Edmond Solanas.

El equipo ibicenco solventó los dos primeros sets por la vía rápida. El 25-15 con el que se saldó cada una de estas mangas habla por sí sola de la gran diferencia existente en el arranque. Eso sí, poco parecido tuvieron salvo el marcador final.

En el primer set, los locales salieron como un rayo. El 4-0 inicial hacía presagiar una masacre, como así fue. La diferencia fue aumentando progresivamente, llegándose al segundo tiempo técnico con un rotundo 16-7. La máxima ventaja llegó a alcanzar los diez puntos (21-11), que fue precisamente la renta con que se cerró esta manga.

El segundo set no comenzó de la misma manera. Los canarios hilaron más fino al principio para escaparse de tres (2-5), pero un parcial 6-0 volteó el marcador en el primer tiempo técnico (8-5), al que se llegó con un bloqueo de Ronchi. El uruguayo, eso sí, no cuajó precisamente un buen partido. Tocado en el sóleo, hizo lo que pudo, pero tuvo que ser otro quien tirara del carro. Y ése fue Edmond. En esta segunda manga estuvo sensacional, firmando incluso cuatro puntos consecutivos (del 11-8 al 14-10). Hasta en el bloqueo brillaba el catalán (17-12). Con 21-14, Toni Gino decidió dar descanso a Ronchi y dar entrada a Borges, que sufría molestias en la espalda. Fue llegar y besar el santo. Con un remate cruzado se encargó de poner el 22-14. Un saque directo de Edmond, un servicio fuera de Biliato y un bloqueo de Elvis supusieron los tres últimos puntos de los ibicencos en esta manga, que, al igual que la anterior, finalizó con 25-15 en el tanteador.

Giro radical

Algo cambió entonces. El Ushuaïa, sin la participación de Ronchi en todo el tercer set, comenzó mandando y controlando la siguiente manga, pero se le nublaron las ideas a partir del 12-10. Un parcial 0-6 llevó a los de Sánchez Jover al segundo tiempo técnico con su mayor ventaja del partido. Los locales reaccionaron de la mano de Borges, que se convirtió en un filón por el costado derecho, llegando a reducir a uno la distancia (18-19). Sin embargo, los canarios afrontaron la recta final con mayor temple y se metieron en el encuentro (21-25).

La cuarta manga destacó por su igualdad, pero desde el 8-8 fue el Vecindario el que mandó en el luminoso. Mantuvo una renta de dos puntos hasta que se escapó de cuatro (17-21). Coincidió con la lesión de Pablo Dus, que abandonó la pista con 14-15. Pese a todo, y con un notable Cristian –no acusó la falta de minutos– en el puesto de colocador, los de Toni Gino se pusieron por delante (23-22) y disfrutaron de dos bolas de partido. No lo hicieron y un remate de Ronchi a la red supuso el adiós al liderato (25-27).

El Ushuaïa aún aspiraba al triunfo, pero no a los tres puntos. Y es que un triunfo por la mínima (3-2) vale dos. En la manga decisiva, Edmond Solanas, que acabó el duelo con 22 puntos, exhibió su mejor versión, se echó el equipo a la espalda y condujo a los suyos hacia la victoria por 15-13. Los tres últimos puntos fueron suyos, el definitivo en un magistral bloqueo que puso el broche de oro a una tarde-noche mágica de voley-espectáculo.