Imagen de una prueba de mountain bike celebrada en la zona de Sant Vicent. | Redacción Digital

El reciente hallazgo de un cable situado en un camino rural de la zona de Es Cubells, en el municipio de Sant Josep, ha desatado las críticas por parte de numerosos ciclistas de la isla por el peligro que conllevan este tipo de ‘trampas’. Muchos de estos corredores de mountain bike sospechan de que son los propietarios de las casas de campo y fincas de este tipo de terrenos quienes colocan piedras, zanjas, ramas o incluso cables como el avistado en Cap de Llentrisca para disuadir a los ‘bikers’ de pasar junto a sus dominios.

El presidente del CC Es Xebel.li, Juan Ferrer, reconoce haberse topado con «bastantes trampas», tales como «cables y tablas de madera con puntas» que, como advierte, «pueden llegar a matar». «Yo me encontré una vez un cable pero, por suerte, iba subiendo. Si lo encuentro bajando, me arranca la cabeza. Ese día tenía una estrella protegiéndome», confiesa. Ferrer no entiende este tipo de prácticas, «si son para hacer daño o para cortar un camino». «Pero no saben el peligro que conlleva», lamenta. «Quiero pensar que es por lo segundo; si no, es muy mala leche», admite.

Por suerte, el impulsor de multitud de pruebas ciclistas en la isla no tiene constancia de que se hayan producido accidentes de gravedad por este motivo, y asegura que para la organización de competiciones «se habla con los vecinos para que nos dejen pasar por sus senderos y caminos, porque en la isla todo son propiedades privadas».

Delegación insular

El delegado insular de la federación balear de ciclismo, Miquel Tur, considera que hay propietarios de fincas «que se pasan en las medidas contra los ciclistas» y cree que si colocan objetos peligrosos como cables «actúan con mala intención». El responsable de la delegación insiste en que este tipo de cepos «son medidas disuasorias que se pasan de la normalidad» y que son «peligrosas para los ciclistas». Recuerda, como Juan Ferrer, que los clubes acostumbran a pedir permiso a los vecinos para entrar en sus caminos cuando se realiza una prueba, «y están encantados», apunta. «Pero si luego se utilizan de forma continua no es de buen gusto para esas personas y se puede entender su malestar. Puede romper su intimidad si pasan cerca de la casa», sostiene. No obstante, Miquel Tur reitera que desde la delegación están «totalmente en contra de este tipo de medidas» porque cables como el encontrado en Cap de Llentrisca «no suelen ser finos precisamente y pueden hacer mucho daño».

Algunos corredores denuncian que en zonas como Es Cubells los propietarios de este tipo de terrenos rústicos «funcionan a modo de mafia pura» y creen que cables como el encontrado en la zona no tratan de disuadir a los ciclistas, sino a las motos y a los quadcross. Otros aficionados al mountain bike han denunciado en las redes sociales la aparición de zanjas, piedras y árboles caídos «a posta» y su descubrimiento es puesto en conocimiento de los guardias forestales para su inmediata retirada.