Urrea pasa la pelota delante de Zurdo.

FORMENTERA: 1

SAN RAFAEL: 1

Un derbi siempre es un derbi. Para bien o para mal suelen tener, tanto para los jugadores como para los aficionados, un sabor y un ambiente muy especial. Y con ese espíritu de pugna entre vecinos, Formentera y San Rafael afrontaron ayer un duelo de rivalidad, en el que no faltó colorido y entusiasmo en las animadas gradas, ni emoción e intensidad sobre el terreno de juego.

Desde el principio se pudo comprobar que la concentración sería fundamental en el devenir del partido. El conjunto de Luis Elcacho metió tensión al choque desde el inicio, poniéndole cerco a la meta ‘rafelera’. Ese dominio fructificó en un claro aviso a los 7 minutos, pero Winde no sacó provecho a un centro de Pineda y la jugada acabó en córner, una jugada que resultaría clave para los de Vicente Román. No en vano, el despeje del saque de esquina permitió al San Rafael lanzar un contragolpe de libro que acabó culminando Luque tras irse de su par y cruzar con calidad, logrando el 0-1.

El tanto del San Rafi abrió la caja de los truenos y trastocó cualquier planteamiento previo, especialmente en las filas formenterenses. A partir de entonces, el encuentro se transformó en una verdadera montaña rusa, con un ritmo trepidante, con un Formentera decidido a lograr el empate y un conjunto ‘blue’ aguantando las acometidas del rival. Fue el cuadro local el que estuvo más cerca de mover el marcador, con sendos disparos lejanos de Brazález (20’) y Carlos (21’), a los que respondió bien Hortal, parando el primero y despejando a córner el segundo.

La réplica la puso poco después Manolo a pase de De Pablos, pero el ariete ‘blue’, tras recortar en el borde del área, acabó lanzando de rosca por encima del larguero. La respuesta de los de Elcacho llegó inmediatamente, a los 26 minutos, tras una larga y elaborada jugada de ataque, en la que Brazález consiguió tocar de cabeza, cediéndole el esférico a Winde, que entraba en el área. Éste bajó con calidad la pelota y, tras amagar, envió el balón al poste. Fue la más clara ocasión para los locales, en un primer tiempo en el que los nervios empezaron a hacer acto de presencia, corriendo