Jordi Fernández, durante un tiempo muerto de la época en la que el PDV se encontraba en la máxima categoría nacional. | Ultima Hora

El PDV/Portus se ganó el pasado fin de semana el derecho a ascender a Liga Femenina 2 (LF2) tras proclamarse campeón de la Primera División Balear femenina. Sin embargo, de todos es sabido que el conjunto de Jordi Fernández no pretendía dar el salto de categoría, al igual que el año pasado, hasta que la deuda que arrastra el club llegue a su fin, una decisión que podría tomar un drástico giro si se producen dos condicionantes: la llegada de un patrocinador que solucione los males económicos y la entrada de una nueva junta directiva. Y, por ahora, parece que una empresa interesada en ello.

Víctor Torres, secretario del club, así lo hizo saber ya. «A día de hoy no podemos decir nada. Ha habido algún contacto con alguna empresa. Parece ser que la gestión no ha sido del todo negativa, sino todo lo contrario, pero, claro, no puedo decir nada hasta que no cristalice la historia», confesó. El directivo dejó claro que llevan «tres años peleando por dejar la contabilidad a cero», por lo que no se van a «embarcar en ningún proyecto». Sólo se aceptaría el reto de jugar en la segunda categoría nacional si se cumplen dos requisitos: «Tendría que pagarse lo que hay pendiente y que se produzca un relevo en la junta, con gente que quiera apostar por el proyecto».

Sobre la ya existente toma de contacto con una empresa privada, indicó: «Sé que se ha hecho alguna gestión de manera informal. Se ha planteado la idea a un posible patrocinador y no le ha desagradado». El Club Bàsquet Puig d’en Valls tiene alrededor de dos meses para decidir su entrada o no en LF2.

El entrenador

Jordi Fernández, entrenador del equipo, se mantiene mientras a la expectativa. «En principio, todo depende claramente del tema económico. La directiva no quiere dar un no definitivo porque si saliera cualquier oportunidad igual se intentaría», dijo el míster, que aceptará de buen grado cualquier decisión adoptada: «Mi situación es completamente atípica. Lo tengo muy claro. Ya no tengo 18 años y, de hecho, ya había colgado un poco las botas. Con la directiva del PDV/Portus hay una gran amistad. Me pidió que les echara un cable y yo lo hago encantado de la vida, porque hago lo que he hecho toda mi vida y disfruto. Para mí ya no es un disgusto o reto deportivo. Me alegra quedar primero, porque me gusta ganar. Conozco bien a la directiva y la comprendo. Otra cosa sería que me hubieran hecho ilusionarme con subir y luego dijeran que no, pero le conozco bien y si no podemos subir no supondrá ningún disgusto».