Paco Vázquez recibe una camiseta del Dominion Bilbao de manos de su presidente. | Daniel Espinosa

Paco Vázquez –militó 14 temporadas en la ACB y cosechó éxitos como el bronce en el Eurobasket 2001 con la selección española, la Copa Korac 2000-01 con Unicaja Málaga, la Eurocopa FIBA 2005-06 con el DKV Joventut o la Liga 95-96 con el TDK Manresa– recibió ayer un merecidísimo homenaje a su excelente trayectoria en el mundo del baloncesto. Unas 900 personas acudieron al pabellón de Can Guerxo (Sant Jordi) a una gran fiesta que trajo a Eivissa dos de sus exequipos en la ACB, Bilbao y Manresa, que trajeron a Eivissa un gran espectáculo deportivo.

Antes de iniciarse el partido, Vázquez recibió camisetas personalizadas, varias placas de reconocimiento y algunos recuerdos por parte de los dos clubes invitados, la entidad organizadora (CRIC Ses Salines, que también celebraba su trigésimo aniversario), el Ayuntamiento de Sant Josep y el Consell d’Eivissa. El público se puso en pie y ovacionó a uno de los más destacados deportistas pitiusos de todos los tiempos.

Tras ello, el Dominion Bilbao y el ICL Manresa se batieron en un partido amistoso, típico de pretemporada, en el que los vascos llevaron la iniciativa durante los casi 40 minutos para acabar imponiéndose por 83-76. Sobre el papel, el conjunto vasco contaba con un equipo algo más sólido y tiró de la calidad y veteranía de Raúl López y Álex Mumbrú, así como de la explosividad de James Shawn, para mandar en el marcador durante casi todo el encuentro, aunque siempre con rentas escasas.

El primer cuarto, lleno de imprecisiones y pérdidas por ambos bandos, fue tan equilibrado que finalizó con un tanteo de 14-14. Solamente al inicio del segundo cuarto se fueron arriba los catalanes (14-22) ante la ausencia de Mumbrú, López y Shawn, cosa que el técnico del equipo vizcaíno corrigió de inmediato, devolviéndoles a la pista.

El segundo parcial ofreció más destellos del espectáculo ACB, con una asistencia de espaldas de Raúl López, un alley oop de Ruoff para Shawn o algunos tapones de este último, jugadas todas ellas que se ganaron una ovación del público. A pesar del desparpajo de los vascos, el ICL Manresa resistió con su atino en el tiro exterior, cediendo sólo dos puntos al descanso (37-35) y cinco (62-57) al término del tercer periodo. En el parcial definitivo, un triple de Ruoff dio la máxima diferencia del partido (69-60 a 8’05’’del final), ventaja que los vascos administraron hasta el final.