El organizador de la Milla Urbana, Pep Ribas, recibiendo la noticia de que la carrera no se celebraría en Can Misses. | Toni Escobar

La XXXII Milla Urbana Isla de Ibiza no pudo celebrarse ayer finalmente, tal y como estaba previsto, debido a la falta de permisos por parte del Ayuntamiento de Vila para que esta prueba se desarrollase en las instalaciones de las pistas de Can Misses tras la negativa anterior de Sant Antoni.

A las 16.00 horas se despejó la incógnita sobre su celebración. Casi un centenar de atletas se daba cita entonces ante las cerradas puertas de las pistas de Can Misses para recibir la negativa por parte de la Policía Local de que pudieran acceder a dicho recinto deportivo, por carecer los organizadores de la prueba de las pertinentes autorizaciones y permisos municipales. En este sentido, Pep Ribas, organizador de la competición, lamentó «la negativa del Ayuntamiento de Eivissa de no querer conceder el permiso para ceder o, incluso, alquilar las pistas de atletismo, cuando en un principio sí que cursaron una autorización para ello».

Asimismo, Ribas cargó contra los concejales de Deportes de los ayuntamientos de Eivissa y Sant Antoni de Portmany, Agustín Perea y Antonio Lorenzo, respectivamente, a los que acusó de «actuar con mala fe, con mala intención y con falta de voluntad para aportar soluciones».

«No han tenido miramientos con la gente de Ibiza y menos con las personas que han venido desde fuera para participar en la carrera», añadió.

En señal de apoyo a Pep Ribas, el atleta Fran Baneyto destacó que «lo más preocupante es que algunas personas pongan por delante temas burocráticos y políticos en vez de dar soluciones para que una vez más pueda disputarse la segunda milla urbana con más antigüedad de España, tras la de Zaragoza».

Como detalle solidario y simbólico con Pep Ribas, los atletas corrieron un rato por el parking de enfrente.