Damon Mendey, ayer en Eivissa. | DE

Eivissa acogió ayer el III MICE & Sports Forum, donde varios expertos del turismo deportivo debatieron en relación a las posibilidades que ofrece en la Isla. Uno de ellos fue Damon Mark Mendey (Manchester, 1967), que trabajó nueve años en el RCD Mallorca como director de merchandising, marketing y responsable de operaciones del área deportiva. Es también quien, en 2012, trajo al equipo mallorquín a Can Misses, donde se enfrentó a una selección de jugadores ibicencos.

—En el foro se ha hablado de desestacionalizar a través del deporte, ¿no es un mantra un poco usado?
—Puede parecerlo, pero es que muchos no ven todavía el enorme potencial. Se organizan eventos, pero considero que a una escala que no explota todas las posibilidades reales.

—¿A qué se refiere?
A veces, cuando se ponen proyectos en marcha, la gran mayoría de empresarios busca un retorno rápido. En mi caso, prefiero buscar un retorno a largo plazo, aumentando también los márgenes. En turismo deportivo hay que trabajar a años vista, posicionando un tipo de evento. Por su parte, patrocinadores y estamentos públicos también deben entender que la apuesta es a la larga, no un pelotazo de un día.

—¿No es eso lo que ya se está haciendo?
—Debemos cambiar la escala. No hablo de organizar un evento un día cada año. Hablo de confeccionar un calendario fuera de temporada, con eventos cada semana. De esta manera puedes crear un paquete que puedan vender los touroperadores con un año de antelación. Por ejemplo, especializándose en torneos de una determinada disciplina para colegios ingleses. Solo con eso tienes un universo de decenas de miles de potenciales clientes...

—Esto no podría abarcarlo casi ninguna entidad pública o privada por sí sola...
—La respuesta es crear una plataforma que integre a las administraciones públicas y a la empresa privada, incluyendo touroperadores, aerolíneas, agencias, hoteles, patronales de la oferta complementaria, todos los actores turísticos, pues todos ellos saldrán beneficiados.

—Durante la jornada han apuntado que el empresariado es poco dado al largo plazo, ¿el ibicenco tampoco lo es?
—Eivissa coge el toro por los cuernos. Cuando algo es bueno para la isla, los empresarios de aquí dejan a un lado las diferencias y saben ir juntos en proyectos comunes. Es lo que yo llamo una buena competencia. Eso produce una calidad superior. Han demostrado más de una vez que no se arrugan ante los retos.

—¿Qué punto fuertes y qué puntos flacos tiene Eivissa para convertirse en un referente del turismo deportivo?
—El valor principal es que tenemos un clima suave. Para nosotros es frío, pero para las personas de los países nórdicos es ideal para practicar deporte. Debemos saber vender eso. No vendrán turistas en febrero a tomar el sol, pero sí pueden venir equipos a hacer un stage, por ejemplo.

—¿Eso se está dando?
—Hay un ejemplo muy claro de ello en Murcia. Allí han apostado fuerte por ello y mantienen mucha actividad turística en invierno gracias a las pretemporadas de invierno de los equipos de fútbol de los países nórdicos.

—Pero, en el caso de Eivissa, faltarían instalaciones, campos con césped natural...
—La lucha de las infraestructuras es complicada. Ello nos lleva a explotar las posibilidades de las que disponemos. Por ejemplo, Eivissa es un referente en algunos deportes como el tiro con arco o el bádminton, por lo que debe saber explotar los deportes en los que es fuerte. También podría potenciar el triatlón, que no requiere costosas infraestructuras. No debería conformarse con organizar una prueba importante al año, sino convertirse en base operativa del triatlón. Que sea atractiva para que un triatleta venga a pasarse dos meses entrenando y que pueda participar en dos o tres pruebas.

—¿Eso reduce las posibilidades?
—Hay muchos países en Europa, con muchas federaciones deportivas distintas, con millones de aficionados, universitarios y escolares que practican deporte. las posibilidades son casi infinitas, hay que especializarse y apostar conjuntamente.