Un coche participa en el rally de Sant Josep en su edición de 2013, en una imagen de archivo. | Redacción Local

El automovilismo ibicenco no gana últimamente para disgustos. Dicen que las malas noticias no suelen llegar solas y, desafortunadamente, esto precisamente es lo que le ha sucedido al deporte del motor de cuatro ruedas esta semana. A la inviabilidad del circuito denominado Ibiza Park Motor en unos terrenos de Sant Jordi, que el Consell d’Eivissa comunicó el pasado martes, se une la negativa de la administración insular a autorizar dos pruebas para las que el Motor Club Pitiús había pedido permiso y albergaba serias esperanzas de poder organizar.

Una de ellas, se correspondía a una prueba de autocross, mientras que la otra hubiera constituido toda una novedad para el automovilismo ibicenco y balear. Se trataba de una nueva prueba de rallys que debía formar parte del calendario del Campeonato Balear y que iba a disputarse en enero en el municipio de Sant Antoni. «Incluso habíamos adelantado una cantidad de dinero, convencidos de que no habría problemas, pero desgraciadamente no ha sido así», explicó el presidente de la entidad, Marcelo Torres, al ser preguntado por este periódico.

Por otra parte, el máximo dirigente del Motor Club Pitiús lamentó que «mientras otras disciplinas no encuentren tantos impedimentos para cerrar un tramo de carretera, a nosotros nos dicen que no».

Por separado

El Motor Club Pitiús conoció la negativa a organizar ambas pruebas el pasado lunes, un día antes de saber que tampoco será una realidad el circuito Ibiza Park Motor de Sant Jordi. «Ha sido una semana negra, otra más para nuestro deporte», señalaba un desolado Torres.

Además, también apuntó que «de un tiempo a esta parte» no percibe un trato igual por parte de las administraciones en relación al que reciben otras disciplinas deportivas. «Nos sentimos un poco apartados», dijo el presidente del Motor Club Pitiús, quien no llegó a concretar qué administraciones ni desde cuándo observa esta situación, aunque sí que hizo referencia a un cierto «agravio» respecto al motociclismo, que parece que sí verá cumplidas sus demandas históricas.
«Desde un principio, han llevado las negociaciones por separado», criticó Torres, quien interpreta que de esta manera, el mundo del motor «está dividido, cuando debería ir unido».