Liam Whaley se crió en el Colegio Internacional de Morna, en Santa Gertrudis y reside actualmente en Tarifa. | Ben Welsh

Liam Merrick Whaley, natural de Eivissa y residente en Tarifa, se convirtió la semana pasada en campeón del mundo de kitesurf, dentro de la modalidad de freestyle. El rider tocó techo a nivel deportivo, pues no hay ninguna cita más importante que ésa. No en vano, finalmente su especialidad no forma parte de los Juegos Olímpicos de Río’16, aunque confía que su modalidad acabe siendo olímpica más adelante por ser «la más espectacular».

El ibicenco aún no tiene palabras a la hora de hablar de lo que sintió al proclamarse campeón mundial: «Es una sensación que no se puede describir. Tenía esta meta en mente desde que empecé a competir. Lograrlo después de tanto esfuerzo y tantos años entrenando es algo increíble».

La alegría se multiplica si, encima, no se espera alcanzar cotas tan altas: «Siempre vivía el momento. Nunca pensaba en nada. Siempre he tenido mente de ganador, pero cada año he ido evento por evento, concentrado en lo que tenía que hacer para ganar esa prueba en particular». Como la filosofía del Cholo Simeone: partido a partido.
Sobre el hecho de que el kitesurf sea olímpico en la modalidad kite foil racing y no en freestyle, dijo: «El deporte casi seguro que será olímpico, pero, por ahora, es difícil que mi modalidad lo sea porque hace falta mucho viento. El foil se puede practicar con cuatro nudos».

Liam, cuyos ídolos son «todos los deportistas que ganan» porque sabe «lo que hay que sacrificar para ganar», pasó su infancia en Eivissa y estudió en el Colegio Internacional de Morna. Su padre era «uno de los pioneros del windsurf». «Siempre iba en busca del viento y las olas. Cuando salió el kitesurf, empezó a practicarlo. Yo llevaba volando cometas desde que tenía dos años y, cuando le vi navegar, me resultó impresionante. Hice un curso con uno de los amigos de mi padre en Tarifa y empecé a hacer kitesurf con 8 años», explicó.

Antes de proclamarse campeón mundial, Whaley fue campeón de España juvenil en 2011; campeón de Europa juvenil en 2012; cuarto en el Campeonato del Mundo de 2013; y segundo en el Campeonato del Mundo del año pasado. En este 2015 tocó techo. Ahora, se tomará un merecido descanso y en sus planes entra dejarse ver por Eivissa el próximo año: «Llevo tres años sin ir, pero en 2016 vuelvo con total seguridad. Todavía tengo mi casa y perro allí».