Estefan celebra un gol durante un partido de esta temporada.

Estefan Lanchon, que ha ido de menos a más, atraviesa su mejor momento de la temporada. El pívot está últimamente aprovechando sus minutos en la pista a base de goles. En los dos últimos encuentros ha visto puerta, firmando un doblete contra el Esplugues (6-4) y una diana frente a La Unión (3-2). El ibicenco califica esta situación de «anecdótica» y destacó que «lo importante es que hayan servido para que el equipo sume». «No estoy marcando mucho, pero me alegro que los que he hecho hayan podido ser de ayuda en estos dos últimos enfrentamientos», agregó.

El pívot, de 28 años, defiende por octava temporada seguida la elástica de la Peña Deportiva, club que, de hecho, fundó junto a Fernando Sánchez bajo la denominación de Vitamelo Fútbol Sala. Sabe lo que es jugar en Regional, Tercera y Segunda B, categoría en la que actualmente militan los suyos y en la que confía en conseguir la salvación: «Llevamos 27 puntos y nuestro objetivo es superar los 40. Ya nos queda menos y todo es gracias al sacrificio del grupo. La categoría está muy igualada, pero considero que tenemos calidad suficiente en el plantel para conseguir una permanencia que está muy cara, ya que descenderán cinco equipos este año».

Lo cierto es que el conjunto de Santa Eulària se encuentra en mitad de tabla en estos momentos. Eso sí, el colchón de puntos con respecto a la zona de descenso no es precisamente grande, por lo que queda mucho camino por recorrer. Y eso pese a la desbandada continua de jugadores que ha sufrido el plantel bajo las órdenes de Marlon Velasco (Víctor Prado, Toni Gelabert, Benja, Nene, Charly, Álex, Julen, Toni Rosselló y, seguramente, Aitor). Al respecto, Estefan se limitó a decir: «Creo que todos debemos hacer autocrítica al respecto». ¿Pero es normal? «Está claro que no, pero eso no hace falta que yo lo diga», respondió.

Lanchon no ocultó la importancia de la baja de Toni Rosselló, que el pasado fin de semana disputó su último partido con la elástica de la Peña. El líder y estrella indiscutible del equipo, además de máximo realizador con 20 dianas, se ha visto obligado a abandonar el club al carecer de trabajo en la isla y no poder sostenerse económicamente. De hecho, prolongó un mes más de lo esperado su estancia en la isla por el club y jugó infiltrado pese a tener una lesión de tobillo, todo por colaborar con los suyos. Sobre su marcha, indicó: «Tenemos mucho que agradecerle y se le echará de menos. Gracias, sobre todo, a él hemos conseguido la cantidad de puntos que tenemos ahora. Ha tirado del carro prácticamente siempre y ha demostrado ser no sólo nuestro mejor jugador, sino también una maravillosa persona. Por algo llegó a ser nombrado capitán aun llevando apenas unos días en Santa Eulària».

Lanchon quiso destacar la ayuda que los jugadores reciben desde la grada por parte de la Peña Échale Huevos, un joven grupo de animación que apoya a los peñistas, y también en fútbol, cada vez que toca jugar en Santa Eulària: «Visto lo visto, tenemos la suerte de contar con la mejor afición de nuestro grupo de Segunda B, que está a muerte con los jugadores».

Sobre la situación del fútbol sala actual en la isla, el pívot señaló que «hace falta más apoyo e implicación». «Parece que se está levantando poco a poco y se está tratando de impulsar la cantera. A ver si el proyecto con los niños de fútbol para que no se queden sin jugar sale bien y aumentamos el número de practicantes de fútbol sala. Ahí saldríamos todos beneficiados». En cuanto a la representación ibicenca en Tercera División, apuntó: «Ojalá suba algún equipo ibicenco más a Segunda B. El Gasifred y el San Pablo han comenzado ganando el pasado fin de semana. A ver si nos podemos ver con ellos el año que viene en la categoría de bronce. Sería muy positivo para Eivissa tener más de un representante ahí».