El triunfo absoluto del velero Final de Obra amplía el dominio de los navegantes pitiusos sobre la versión Este de la Ruta de la Sal. La victoria del Dufour 40 del CN Ibiza, patroneado por Damià Verdera, es la octava que firman de manera consecutiva distintos veleros ibicencos en la regata que une Dénia y Sant Antoni y en la que en esta XXIX edición participaron 93 naves.

El Final de Obra no fue el vencedor en tiempo real, es decir, no fue el primero en llegar a Sant Antoni, honor que se apuntaría por octava vez el Plis-Play del alicantino Vicente García. Sin embargo, sí que obtuvo el mejor coeficiente en tiempo compensado, por lo que se proclamó vencedor absoluto.

Para esta aventura, Verdera contó con una tripulación de lujo, con Manuel Guasch (vencedor de esta versión en 2009, 2012 y 2015), Adrián Bedoya, Tomás Casariego y Evaristo Boix. En rueda de prensa, el patrón del Final de Obra manifestó que fue «una travesía muy rápida y técnica» y destacó que «en todo momento supimos llevar el barco al máximo». Además, indicó que hubo «tres o cuatro decisiones estratégicas» que le dieron la victoria, entre ellas el conocimiento del paso entre el Cap de Barbaria y La Mola. «Las tripulaciones locales tenemos un punto a favor de conocer la orografía, como en la parte norte de Ibiza, que recorremos de noche», añadió.

Tras Verdera, el también ibicenco Luis Mata, del CN Ibiza, se adjudicó la segunda plaza absoluta con otro Dufour 40, el Alba Alba.

Versión Norte

Por otra parte, el alemán Maximilian Klink se impuso tanto en tiempo real como en compensado en la versión Norte, donde compitieron 63 veleros. El teutón voló entre Barcelona y la Bahía de Portmany con el Caro, un Botín de 65 pies que completó la travesía en 18h42’05’’ y con el que se adjudicó la regata Oceánica ARC 2013 en Las Palmas de Gran Canaria. En Este es el segundo triunfo absoluto para Klink en La Sal, ya que también se impuso en 2007, a lo que hay que añadir su victoria en tiempo real en 2011, siempre en la versión Norte.

Klink explicó que la falta de viento en la versión Norte convirtió la Sal en una regata «muy táctica». El alemán lo ilustró señalando que mantuvo una velocidad media de entre 11 y 12 nudos con vientos de proa, cuando «con este barco y con viento de popa hemos llegado a alcanzar los 33 nudos».

Por la noche, se efectuó la entrega de premios en la carpa ubicada en el Club Nàutic Sant Antoni. Seguidamente, el restaurante Es Nàutic sirvió una cena a la que asistieron unas 600 personas entre regatistas, acompañantes, organizadores y anfitriones. La noche terminó con una fiesta de La Movida que servía de colofón final a la XXIX Ruta de la Sal.