'Yuyu' posa en la plaza Enrique Fajarnés. ' | DANIEL ESPINOSA

Jorge Gabaldón Boned (Eivissa, 20-06-1986), conocido deportivamente como Yuyu, habló claro tras acabar la temporada. El jugador de la Peña Deportiva no ocultó que lo peor del curso han sido «los problemas extradeportivos», que han sido «demasiados». Afirmó que se mordió la lengua «para no crear un conflicto» y que Marlon Velasco, al que tacha de falta de «tacto», le pidió que fuera su topo en el vestuario.

—Objetivo cumplido. ¿Ha sido duro?

—Ha sido bastante duro, pero nos salvamos hace dos semanas antes de acabar la temporada y hemos sabido sufrir en los momentos complicados.

—¿Qué nota le pondría a la temporada realizada?

—Notable, ya que somos un equipo recién ascendido y el objetivo era la salvación.

—¿Qué ha sido lo mejor?

—La novena posición y haber conseguido el objetivo dos semanas antes de acabar.

—¿Y lo peor?

—Todos los problemas extradeportivos que han pasado. Este año han sido demasiados.

—Como capitán, ¿qué valoración hace de los vaivenes en el vestuario?

—La verdad es que no me gusta eso de que se vayan muchos jugadores y vengan tantos. Cuesta adaptarse deportivamente. Hubiésemos estado más arriba si hubiésemos mantenido el equipo desde el principio.

—¿Le dolió la salida de alguno?

—La de todos. Cuando estás a gusto en un vestuario y con gente que le coges cariño, no es bonito que se vayan jugadores. Me dolió sobre todo las de Fernando, que es como un hermano para mí, y, en especial, Estefan. Somos amigos desde hace muchísimos años y él es el fundador de todo esto. Para mí es como un padre deportivo. Gracias a él estoy aquí y le debo mucho. Estos últimos meses han sido duros para mí por no tenerlo al lado.

—¿Se usaron las formas correctas?

—Con algunos sí; con otros, no. Algunos jugadores decidieron abandonar el barco, pero otros, no. Salieron por la puerta de atrás después de tanto tiempo dedicándose a este club.

—¿Marlon Velasco sabe manejar un vestuario?

—Deportivamente, sí, pero además de la parte deportiva está la psicológica del grupo y de cada persona y, a veces, las maneras no son las correctas y no sabes cómo ese jugador llega mentalmente al entreno o al partido, y creo que un entrenador también tiene que tener el tacto con el jugador porque, ante todo, somos personas.

—¿Se han sentido cómodos con él?

—En algunos momentos, sí, y en otros, no. Cuando tuvimos la mala racha del mes de noviembre y diciembre, la verdad es que yo personalmente lo pasé bastante mal y hubo muchos días que pensé en dejarlo porque estaba perdiendo la ilusión. Si pierdes ya eso, apaga y vámonos, y más siendo de la casa, que lo hago porque estoy enamorado de este deporte.

—¿Ha tenido usted personalmente algún un roce con este entrenador?

—Yo no, porque en muchas ocasiones me he callado para no crear un conflicto en el grupo, pero si hubiese hablado eso hubiese sido una bomba de relojería. Ante todo está el equipo y el club.

—¿Y sus compañeros?

—Sí que han habido roces. Está claro. Todo el mundo lo sabe, pero, como en la mayoría de los equipos, como he dicho antes, somos personas y tenemos pensamientos diferentes. Cuando convives nueve meses, al final siempre hay roces.

—¿Es cierto que le pidió que fuera su topo dentro del vestuario?

—No diría topo, pero sí algo parecido, algo así como chivatos y yo no soy eso. Nunca le he tenido que hacer la rosca a ningún entrenador que he tenido y no me va eso de ir a chivarle al entrenador algo que haya comentado un jugador. Yo lo hablaba con el compañero y lo intentábamos solucionar.

—¿Pensó en abandonar con tanta movida?

—Como he dicho antes, sí. Hubo momentos en los que mi cabeza me decía que no podía más, pero le debo mucho a este club y estoy orgulloso de mí mismo, ya que he cumplido y en muchos partidos he estado a un muy buen nivel. No es por ser arrogante ni nada, pero creo que en muchas más ocasiones he merecido tener muchísimos más minutos, como otros muchos compañeros que también se lo merecían y no los han tenido, pero siempre se mira a los jugadores de fuera, mientras que los de casa, que lo damos todo por el club, no estamos tan valorados.

—¿Por qué siguió finalmente?

—Por mí mismo. Soy ambicioso y quería conseguir la salvación. Cuando estuve cerca de dejar el equipo, Estefan fue la persona que me motivó para que siguiera y de eso estoy muy agradecido. Me habría encantado que él también hubiese estado hasta el final. El objetivo se ha conseguido gracias a todos los que hemos estado aquí.

—¿Pretende continuar la próxima campaña?

—Claro que espero seguir la próxima temporada. Soy muy feliz en este club y estoy agradecido a la directiva, porque se ha interesado muchísimo por el fútbol sala y me gustaría colgar las botas en este club.

—¿Qué valoración hace del descenso paulatino de aficionados en la grada conforme avanzaba la campaña?

—Cada’ uno es libre de hacer lo que quiera. Unos han seguido viniendo y otros, no. A todos los que han seguido allí, les doy las gracias de corazón por confiar siempre en nosotros. Los que no, sus razones tendrán.