Irene Colomar, en posición de dar una patada, durante una clase en el pabellón Sa Pedrera, en Sant Antoni. | Redacción Digital

Irene Colomar (Eivissa, 18-04-1986), la karateca ibicenca más laureada de la historia, ha vuelto. Eso sí, en una faceta distinta. La deportista, que se retiró el año pasado, continúa ligada al karate al haber aceptado sumarse al Samyd para dar clases.

En estos momentos, Colomar, que se ha instalado definitivamente en las Pitiüses, está entrenando al grupo de competición en el pabellón de Sa Pedrera. Pronto lo hará también a los más pequeños en Ses Païsses, los martes y jueves (de 16.15 a 17.00 horas, con los jóvenes de 5 a 7 años, y de 17.00 a 18.00, con los de 8 a 12) y Can Guerxo, los lunes y miércoles (de 16.15 a 17.15, con los de 5 a 7 años, y de 17.14 a 18.15, con los de 8 a 12).

La propia karateca explicó ayer cómo se gestó su nueva función como profesora: «Fernando Pérez siempre me había dicho que, si volvía, estaría encantado de tenerme en el equipo. Al volver a Ibiza, qué mejor que empezar con el Samyd. Es el gimnasio de toda mi vida y es mi forma de vida. Pepe y Fernando han sido mis profesores y siempre lo serán. Qué menos que echarles una mano».

Colomar, que destacó «el bronce individual y la plata por equipos en el Mundial de Belgrado en 2010 como su logro favorito, recordó que sigue «como alumna» ademas de como «compañera» de las dos personas citadas anteriormente. El cambio de papel en el mundo del karate lo considera «relativamente normal». «Ya cambian las expectativas y lo que te apetece hacer. Ahora, que me enseñen todo lo que puedan en esta faceta de entrenador y a disfrutar», dijo.

Irene piensa inculcar a sus alumnos «los valores que me enseñaron siempre mis profesores y todos los conocimientos que tengo». «A nivel de competición, creo que mi vida profesional y mis vivencias les pueden ayudar. Intentaré que crezcan como crecí yo», apuntó.

Sobre el nivel existente en la isla, comentó que «siempre ha sido muy bueno y sigue siéndolo». «Tenemos a Cristina Ferrer en la selección española y algunos chicos queriendo meter la cabeza. Siempre hubo un nivel óptimo», explicó.

Aunque anunció su retirada y ahora vive el karate como entrenadora, lo cierto es que hay algo en el aire que podría hacer que se replantee en el futuro el regreso al tatami. La opción es remota, peor real. El hecho de que el karate haya sido admitido en los Juegos Olímpicos de 2010 no es algo que la ibicenca haya pasado por alto. ¿Volverá entonces? «Es la gran pregunta. Sí que hace que me lo replantee, pero cuatro años son muchos años, en los que hay que estar entrenando, compitiendo y sacando resultados. No vale con estar. Los Juegos es la máxima competición que existe a nivel deportivo. Tanto para clasificarte como para participar tienes que estar al 200 por 100. Pueden pasar muchas cosas en estos cuatro años, pero, ahora, hay otros proyectos más interesantes en los que puedo dar el do de pecho».