Ana Ferrer, a punto de ejecutar un lanzamiento de siete metros. | Toni Escobar

Ana Ferrer Prohías (Ibiza, 31-03-1990) marcó nueve goles contra el Amposta, al que su equipo ganó por 33-23, y atraviesa posiblemente su mejor momento de forma. La jugadora asegura que el Puchi se autoexige la victoria en cada partido, el camino ideal para alcanzar la fase de ascenso.

—El Puchi está imparable, ¿no?
—Estamos flotando. Es una pasada.

—¿Les ha venido bien esa semana de descanso para conjuntarse como equipo?
—Yo creo que lo que nos vino bien es que cada día entrenamos un poquito más. Al no haber hecho pretemporada, cada hora que pasamos juntas es una hora más para coger ritmo de balón, para entendernos entre nosotras y también con las nuevas incorporaciones. Lo que necesitábamos era entrenar y descansar de las obligaciones que laborales del verano.

—El Amposta venía como un aspirante al play off y le habéis ganado de diez. ¿Cómo se come eso?
—Venía como un aspirante y lo va a seguir siendo. El resultado no es del todo real. Sí que estuvimos por encima en el partido, pero en la competición siempre hay altibajos. Es un equipazo y seguirá dando la misma guerra. Esto es una dosis de moral y confianza para nosotras y tenemos que utilizarla en los siguientes partidos.

—¿Esta victoria hará que los rivales les respeten más aún?
—La liga está tan igualada que todos nos respetamos. Cualquier equipo puede ganar a otro.

—Esto también puede ser un arma de doble filo. Algunos equipos podrán arrugarse ante vosotras, pero otros quizá salgan más motivados.
—Yo creo que todo el mundo sale a por todas. Con el resultado de la temporada pasada ya marcamos un poquito el lugar en el que queremos estar y ojalá sea así. Por supuesto, todos nos respetan igual que nosotros les respetamos a ellos. Es una liga muy igualada, con muchos equipazos y habrá que seguir disfrutando y ver si tenemos la suerte de seguir ganando.

—Usted marcó nueve goles. Estará contenta.
—Siendo sincera, lo que a mí me hace feliz es ver la cara de mis compañeras y disfrutar con ellas en el campo. Los goles a nivel particular no son importantes ni mucho menos. No los tengo en cuenta.

—¿Qué tal se han acoplado las nuevas jugadoras?
—Tienen mentalidad Puchi. Son familiares, agradables y vienen a disfrutar. Eso, al final, se nota en la pista.
—Supongo que estará de acuerdo en que tienen mejor equipo que la temporada pasada.
—Tenemos bajas importantes como la de Paulina Pérez, por ejemplo. Es verdad que en el último partido no se notó la ausencia de Flor, pero porque nos salía todo. Flor es una máquina. Las incorporaciones nos van a sumar muchísimo.

—¿Se autoexigen entrar en el play off?
—Nosotras nos autoexigimos en cada partido, pero no de cara al play off, que es nuestra ilusión, sino porque al ser un equipo tan familiar que vive tanto el día a día pues queremos disfrutar cada partido llevándonos los puntos. Vamos a los partidos a intentar liarla, como decimos nosotras, y a salir con una sonrisa en la cara. Sí que soñamos con volver a jugar esa fase que tanto nos gustó el año pasado, pero vamos partido a partido.

—¿El partido contra el Castellón puede ser la prueba definitiva del nivel del Puchi?
—Durante la liga, todos los equipos tenemos altibajos. Castellón es una prueba de fuego, pero el Amposta también lo ha sido. Al final, somos unos siete equipos los que vamos a estar igualados arriba y hay que ir sin confiarse a cada partido porque de lo contrario te pasa cualquiera por encima.

—¿Es un buen momento para medirse al campeón tras esta goleada o habrían preferido jugar contra él más adelante?
—Si tuviese que elegir, habría preferido jugar con los grandes un poco más adelante para tener más tiempo para entrenar, no por otro motivo. Al final, nos vamos a enfrentar a todos y salimos a por todas en cada partido. El Castellón no perdió ni un partido las dos últimas temporadas. Es un reto y vamos a ir allí a disfrutar como siempre.

—¿Le temen al Castellón o son sus jugadoras las que les deben temer?
—Lo que piensan no lo sé. Yo les temo seguro. Para mí jugar contra ellas es un reto.

—Su carrera es muy larga, con experiencia en División de Honor. Con todo, ¿se puede decir que atraviesa su mejor momento?
—Es muy diferente. Desde que estoy aquí parece que practico otro deporte. Es la mentalidad y los valores que hay en este club. Es un todo que hace que yo esté más feliz que nunca. No sé si es mi mejor momento, pero estoy muy feliz desde que he vuelto a la isla no sólo por el balonmano, sino porque estoy con mi gente, en mi casa y disfruto mucho.