El delantero Brian, en una acción del encuentro de ayer entre el Ciudad de Ibiza y el Felanitx. | Toni Escobar

Cuestión de garra. Ésa fue la clave en la épica victoria del Ciudad de Ibiza sobre el Felanitx. El equipo de Ibon Begoña remontó en la segunda parte el tanto inicial de los mallorquines en la primera. Y lo hizo con uno menos sobre terreno de juego tras la autoexpulsión de un inocente Galera en el minuto 66.

Las ocasiones claras de gol brillaron por su ausencia en la primera parte. El City probó fortuna en un par de disparos exteriores en los primeros veinte minutos de juego y no hizo nada más. El conjunto de Jaume Mut creó peligro en dos acciones a balón parado en las que Carlos no anduvo lejos de marcar. Dicen que a la tercera va la vencida y el central encontró el camino del gol en el minuto 34 tras rematar un centro de Jaume desde la banda derecha. La jugada fue muy protestada por los locales, que reclamaban una mano en el control del extremo.

El City intentó reaccionar antes del descanso y a punto estuvo de empatar la contienda. Brian, el mejor en la tarde de ayer, se sacó un zapatazo desde la frontal que el portero casi se tragó.

En la segunda parte se produjo la remontada del Ciudad de Ibiza. Avisó de sus intenciones a los tres minutos, en un gol anulado a Brian por un más que discutible fuera de juego. Los de Vila no bajaron los brazos y un gran servicio de Ramos al interior del área lo aprovechó Lozano para empatar el encuentro.
Quedaba mucho por delante y la remontada parecía factible. Sin embargo, un rifirrafe entre Galera e Iván se zanjó con una amarilla para cada uno. El problema es que el ibicenco ya tenía una y se fue a la calle. No estuvo listo ahí el centrocampista local.

Con todo, el cuadro de Ibon Begoña no cejó en su empeño por hacerse con la victoria y acabó encontrando su recompensa a falta de un cuarto de hora para el final. Andrés, tras una falta tocada, lanzó desde la frontal del área, el balón tocó en un defensa y se coló en la portería de un Felanitx que incluso pudo llevarse el tercero en un disparo cruzado de Brian al borde del pitido final. Como anécdota, cabe destacar que en la recta final saltó al campo el portero suplente, como jugador al más puro estilo José Francisco Molina con la selección española en 1996.