Dani Morillo, en una imagen tomada en Pekín, en 2008, durante los Juegos Olímpicos. | Redacción Digital

El número de deportistas olímpicos ibicencos se puede contar con una mano. El último de ellos en retirarse fue Dani Morillo (Ibiza, 21-01-1988), que puso fin a su carrera como arquero profesional el 30 de noviembre de 2014. El exintegrante del Club S’Arc tocó el cielo cuando logró la clasificación para los Juegos de Pekín’08. A pesar de tener solamente 20 años por aquel entonces, el arquero fue capaz de saborear las mieles de una cita olímpica.

Inmerso en una familia con el tiro con arco como devoción, era de esperar que el pequeño Dani no tardara en adentrarse en el mundillo. «Mi hermano Carlos ya tiraba con arco y siempre ha sido un deporte muy presente en la familia», comentó Morillo, que empezó a hacer sus primeros pinitos a través del programa de deporte escolar. Posteriormente, se apuntó a un cursillo en Can Misses. «Me enganchó y aquí sigo con el tiro con arco a día de hoy», indicó el ahora entrenador.

Lo suyo fue llegar y besar el santo. En su primer año escolar ya fue capaz de liderar el ranking insular. Poco a poco, los éxitos fueron creciendo. Su primera participación en un Campeonato de España se saldó con un subcampeonato en infantiles. Casi nada. Uno de sus mejores recuerdos es el título nacional por equipos en sala que cosechó junto a Raúl Riera y Juan Carlos Cornelis. «Eso fue muy especial. Nos nombraron el equipo más joven de la historia en ganar este título». Y es que todos eran menores de edad.

La leyenda de Dani Morillo alcanzó su punto álgido en 2008, un año que no olvidará. En él obtuvo su primer Campeonato de España absoluto y la clasificación para los Juegos durante la cuarta prueba de la Copa del Mundo en Boé (Francia), en la que no faltó el suspense. «Conseguí la última plaza de todas. Me tocó una eliminatoria con un rival muy fuerte y perdí –109-108 contra un bielorruso–, pero quedaba un sitio para el que más puntos hubiera hecho de los que caían en esa fase –eran los cuartos de final–. Hasta el último momento tuve que esperar», recuerda.

Su participación en la cita olímpica fue el premio a un trabajo que comenzó Carlos Morillo ocho años antes: «Mi hermano creó un proyecto en 2000 llamado ‘Objetivo Pekín 2008’. Mi presencia fue como culminar ese ciclo».

Dani Morillo recuerda con cariño su experiencia en tierras asiáticas. «Me acuerdo bien de la inauguración. Tuve la suerte de participar en ella y dar la vuelta al estadio con Gasol, Nadal y todas las figuras del país», indicó sobre los preámbulos. En cuanto a la competición en sí, el ibicenco debutó con una victoria sobre el ucraniano Markiyan Ivashko (115-107) y, después, cayó por un solo punto (112-111) contra el mexicano Juan René Serrano, número uno en el round clasificatorio y que acabó cuarto en la clasificación. El representante pitiuso en aquellos Juegos acabó el torneo en decimoséptima posición tras haber conseguido la mejor puntuación de los eliminados en dieciseisavos de final.

Con el tiempo, a Morillo le fue llamando más la atención la posibilidad de enseñar sus conocimientos que la competición en sí. Eso, unido a la falta de sintonía con su entrenador en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, derivó en una prematura retirada con sólo 26 años para volcarse con el club La Flecha de Salamanca, donde reside actualmente, la Federación de Castilla y León, el programa nacional de tecnificación y la formación de técnicos. Eso sí, un año después de su adiós mató el gusanillo con su participación en el nacional de campo, en el que logró el oro. Y es que el que vale vale.