Alberto Vicente ejecuta un disparo durante un partido del HC Eivissa de la presente temporada. | DANIEL ESPINOSA

Alberto Vicente Luna dice adiós. El jugador y capitán del Handbol Club Eivissa ha decidido poner fin a su carrera deportiva, tal y como comunicó a sus compañeros el pasado fin de semana. De esta forma, el pivote jugará mañana contra el Sagunto B su último encuentro con la camiseta naranja en el partido que cierra la temporada en el grupo E de Primera Nacional masculina.

El principal motivo de esta decisión es físico. «He vuelto a sentir dolor en el hombro, con los mismos síntomas que el año pasado me apartaron y privaron de disfrutar jugando», dijo Alberto Vicente, que también alude razones personales: «La situación personal que se me avecina necesita un paso al lado en el plano deportivo y creo que es el mejor momento debido a las molestias físicas».

El jugador ha capitaneado al HC Eivissa las últimas cinco temporadas y ha defendido la camiseta de este equipo en diversas etapas. La primera vez que se enfundó la elástica naranja fue como cadete de segundo año, en 2003. En 2006 se enroló en las filas del Barberá, en Barcelona, y volvió en 2007 a jugar con los ibicencos mientras estudiaba en Palma. Al término de ese curso firmó por el Avebal mallorquín y en 2011 regresó al HC Eivissa para encadenar seis temporadas consecutivas hasta el día de hoy.

La retirada de Alberto Vicente pilló por sorpresa a sus compañeros, que reconocen que le echarán de menos. Miguel López, jugador del conjunto ibicenco, no se esperaba la noticia: «Nos pilló un poco fríos. En los viajes vas comentando sensaciones y algo se podía entrever, pero no pensaba que pudiera ser este año». El goleador del HC Eivissa indicó que Alberto Vicente «para el equipo es un pilar». «Es el capitán, alguien de la casa, de toda la vida, que ha hecho todo lo que ha podido y más por el equipo y el club. Es el referente en el vestuario, una pieza muy difícil de sustituir sobre todo a nivel de vestuario, porque lo maneja como un crack», explicó.

Quien le echará más en falta es, posiblemente, Toni Roldán. «Me da mucha pena, porque, además de compañero, es mi amigo y con el que comparto risas y habitación en los viajes. Como soy su amigo, respetaré todo lo que decida y le apoyaré en lo que haga falta», dijo el jugador naranja, que también habló de las consecuencias de su adiós: «Par el vestuario supone un impacto grande, más que nada porque es el que lo amenizaba, el que le daba sentido a muchas cosas y mantenía al grupo unido. Era, es y será nuestro capitán. El que tenga que coger su rol será difícil que lo haga igual de bien que él. Es un diez como persona y compañero. Espero que siga vinculado al club siempre, porque ‘naranjas’ como él hay poquitos».

Félix Mojón, entrenador del conjunto ibicenco, también siente «pena porque deportivamente podría dar algún año más de buen balonmano». «Es comprensible también porque su hombro cada vez está más maltrecho y le cuesta más», agregó el míster, que considera que pierde «un jugador importante no, lo siguiente». «Es el pegamento del vestuario, el que une jóvenes con veteranos, el enlace con la directiva y la voz cantante de los jugadores. Es uno de esos jugadores que a todos los entrenadores nos gusta tener», dijo.