Ese dicho que reza que ‘hay clases y clases’ también puede aplicarse al mundo del fútbol. Hay futbolistas y futbolistas. Y Cristian Terán y David Gámiz no son jugadores que pasen desapercibidos en Tercera División, sino de los que hacen que pagar una entrada valga la pena. Si, encima, es gratis, como lo es ver a la UD Ibiza esta temporada, mejor que mejor. Ellos fueron los principales responsables de que el equipo ibicenco enlazara ayer su segunda victoria de la temporada, la primera en Can Misses tras el decepcionante estreno en la categoría contra el Felanitx (1-0) en la primera jornada. Un gol de cada uno al inicio de cada periodo bastó para noquear a un rival directo en la pelea por el play off como el Poblense, que la temporada pasada disputó la fase de ascenso.

El encuentro tuvo dos partes muy diferenciadas. La primera estuvo dominada por los mallorquines y la segunda, por los de Vila. La diferencia estuvo en la pegada, en la calidad que atesoran unos y otros en el apartado individual. Los locales acertaron en la primera que tuvieron. Apenas se llevaba un minuto de juego cuando Terán, a bote pronto dentro del área, mandó el esférico a la mismísma escuadra para delirio de los más de 200 espectadores que se dieron cita ayer en Can Misses.

Lejos de sentar como un jarro de agua fría, el tanto espoleó a los visitantes, que se pusieron el mono de trabajo, se hicieron con el centro del campo y anularon por completo a los de Manuel Benavente. Con Aitor como principal amenaza, el cuadro de Óscar Troya se aproximó con cierto peligro a la meta de un atento Manolo, eficaz en las salidas para evitar males mayores. Eso sí, también es cierto que el Ibiza pudo poner tierra de por medio en un par de acciones. Primero, con un disparo de Cirio tras un gran pase picado de Terán; después, en una galopada de Ramos, que, tras plantarse solo ante el portero, optó por dar el pase atrás y Terán, con todo a placer, no acertó a disparar con precisión.

Cambio radical

Como si del Dr. Jekyll y Mr. Hyde se tratara, el Ibiza cambió por completo tras el descanso. A eso ayudó, todo sea dicho, el hecho de que pusiera tierra de por medio en su primera aproximación. Gámiz, con un pase picado al interior del área, combinó a la perfección con Rafa, que le sirvió el gol en bandeja.

El Poblense pasó de dominador a dominado y pudo encajar aún más goles en la segunda mitad de no ser por el larguero. Un disparo de Rafa que Calonge rechazó al travesaño prácticamente debajo de los tres palos, en el minuto 70, y un cabezazo de Abel, en el 77, pudieron aumentar la goleada, pero el 2-0 bastó para que la UD Ibiza siga enderezando su camino, el que tiene como meta cantar el alirón al final de curso.