El Municipal de Santa Eulària vivió ayer una mañana de alegría y fervor. Antes del partido ya se olía y palpaba el final esperado por equipo y afición. Los futbolistas de Dani Mori salieron enchufados ya en el calentamiento. La Peña pisó el ruedo con una idea clavada en la retina: sangre, sudor y lágrimas. Los jugadores lo interpretaron a la perfección en cada una de las fases del partido. Como reza el dicho, el que la sigue la consigue. Finalmente, a la tercera fue la vencida y la Peña Deportiva logró sus primeros tres puntos de la temporada ante un todopoderoso Valencia-Mestalla, gracias a un solitario gol de Erik Polanco en el minuto 58.

El cuadro peñista tuvo delante un equipo temible en el aspecto ofensivo. Los dos primeros minutos del encuentro estuvieron protagonizados por el ciclón valencianista. Los locales se emplearon a fondo para desarmar las ofensivas del conjunto de Lubo Penev. A la Peña se le hizo eterno este inicio, pero supo sobreponerse a las adversidades con paciencia y posesión. Tras la tormenta llegó la calma para los de Dani Mori, que dieron el primer susto en el minuto 8 tras un córner rematado por Marc de Val que se marchó por encima de la portería defendida por el guardameta Cristian Ribero. Los minutos pasaban y el conjunto santaeulariense se encontraba más cómodo sobre el terreno de juego. El Valencia-Mestalla, por su parte, perdió fuelle tras un inicio atronador.

Tanteo

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La primera media hora se desarrolló sin un claro dominador. La Peña se ganó el respeto sobre el campo con posesión e intensidad; y el Valencia-Mestalla aprovechó su potencial en primera línea de combate para sacar petróleo de las jugadas. Rafa Mir se convirtió en el jugador más buscado por su corpulencia, pero la defensa blanca desactivó cualquier peligro. Mir la tuvo dentro del área en el 34 a pase de Alberto Gil. Su disparo lo barrió con valentía Dennis y evitó una clarísima ocasión. Antes de la finalización del primer tiempo, Jandrín tuvo en sus botas el gol para abrir la lata, pero no ajustó bien el disparo y se marchó a las nubes. Con este ensayo más de rugby que de fútbol, la Peña y el Valencia-Mestalla enfilaron los vestuarios.

Los dos equipos salieron en la segunda parte con la idea de desequilibrar el partido lo antes posible. El cuadro che llegaba al área rival con verdadero peligro, pero sin acierto. Unas veces, por la virtuosidad de Dennis bajo palos; otras, por el desatino de los jugadores visitantes. No por la falta de calidad, aspecto que les sobraba a los de Penev.

La Peña jugó bien sus cartas e hizo lo que tenía que hacer: mantener la posesión y buscar huecos. Lo fácil hubiera sido encerrarse atrás y esperar una contra. Los de Dani Mori fueron valientes y tuvieron su recompensa. Javi Gallardo sirvió dentro del área el pase de gol a Erik Polanco, que subió al marcador el primer tanto del partido. La diana de Polanco desató la alegría en el Municipal de Santa Eulària.

El gol de la Peña sentó como un jarro de agua fría al técnico del Valencia-Mestalla. Así, no lo dudó ni un minuto en activar la máquina de reanimación e intentar darle vuelta a la película de terror que estaba viviendo. El cambio de cromos dio alas al conjunto valencianista. Un tiro al larguero de Rafa Mir y un disparo pegado al palo de Jordi Sánchez pudieron cambiar el guion del encuentro. La Peña tuvo que achicar agua en los últimos instantes del partido. Al final, la Peña se dejó el alma para abandonar el ruedo con su primera oreja ante el Valencia-Mestalla, al que le faltó intensidad y acierto.