El actual Handbol Club Eivissa tiene buena pinta. Muy buena pinta. Es cierto que la temporada en el grupo E de Primera Nacional masculina no ha hecho más que empezar y que la tercera plaza que ocupa tras la disputa de las primeras cinco jornadas no deja de ser anecdótica, pero la realidad es que su juego y la calidad de sus jugadores permite soñar, por ahora, con algo grande. No en vano, cuenta en sus filas con hasta cuatro jugadores que, en mayor o menor medida, han jugado en la Liga Asobal, máxima categoría nacional. Y eso es algo de lo que no pueden presumir muchos.

Del póquer de ases, Miguel López es el que más años lleva en el equipo naranja. En un abrir y cerrar de ojos ha visto cómo se le han unido tres más: Alberto González, que ya había formado parte del año tres temporadas antes de marcharse a Madrid y unirse el año pasado al Balonmano San Antonio; Miguel Ángel Olea, que aterrizó ya iniciada la temporada pasada y colaboró notablemente al despegar del equipo; y Chelu Cid, fichaje estrella de esta campaña.

López debutó en enero de 2008 con el Naturhouse La Rioja. «Fue en un partido contra el Ciudad Real, que en aquella época era campeón de Europa. Lancé tres penaltis y marqué dos. Mejor debut, imposible», recuerda. El vallisoletano considera que el HC Eivissa «tiene potencial por el equipo que hay». «De los diez puntos que se han disputado, los tres que no tenemos los hemos medio perdido nosotros», agregó López, para quien se puede soñar con estar arriba «más por el equipo que hay que por el hecho de haber estado algunos en Asobal». «Alberto y yo estuvimos seis mees. Olea y Cid han estado años. Seis meses es algo anecdótico comparado con ellos», dijo.
Cuando Alberto González echa la mirada atrás lo hace «con ilusión». «Hace ya diez años de mi debut en Asobal y estoy muy contento de poder decir que estuve viviendo aquel ambiente un año», agregó sobre su estreno en la máxima categoría con el Cuenca 2016. El ibicenco piensa que «el balonmano ha cambiado mucho desde entonces». «Es mucho más rápido, con gente de menos peso y talla, pero si eres un enamorado del deporte no pierdes la ilusión juegues donde juegues», explicó.

Sobre las aspiraciones del conjunto naranja, indicó: «La verdad es que el equipo está trabajando muy bien. Funciona bien y estoy seguro de que vamos a hacer una gran temporada».

‘Los bichos’

Miguel Ángel Olea, de 1,96 metros de altura y natural de Córdoba, y Chelu Cid, de 1,91 y nacido en Málaga, son las dos torres que han imprimido un salto de calidad al plantel ibicenco. El primero recaló mediado el curso pasado tras haber jugado anteriormente en el Ángel Ximénez de Puente Genil, el Pilotes Posadas, el Keymare Almería y el Kolding de Dinamarca, con el que disputó la Copa de Europa. El segundo se ha incorporado este verano y pasó por las filas del Málaga, el Octavio, el Teucro, el Almería, el Arrate, el Anaitasuna, el Antequera, el Puerto Sagunto y el Puente Genil, donde jugó con Olea.

Pese a la larga trayectoria de ambos en la Asobal, ninguno de ellos olvida un momento tan bonito como el del debut en la máxima categoría nacional. Al respecto, Olea afirmó: «Fue un estreno bastante bonito en la temporada 2003-04 con el Cangas. Todos los compañeros me arroparon un montón». Por su parte, el malagueño dijo: «Mi debut fue con el Pilotes Posadas en 2001, en un partido contra el Portland San Antonio. En aquella época, el cambio de División de Honor B a Asobal era grandísimo y, de repente, pasabas a enfrentarte a los mejores jugadores del mundo, a los que veías hace poco por televisión».

Ahora, los dos comparten la camiseta naranja y confían plenamente en las opciones del conjunto dirigido por Eugenio Tilves. «Aquí hay jugadores que, aunque no hayan jugado en la máxima categoría, tienen muchísima calidad y proyección. Me gustaría decir que queremos pelear por estar arriba. Va a estar igualado», dijo Olea. Por su parte, Cid indicó: «Soñar es gratis. Siempre soy partidario de trabajar. Puede ser que estemos ahí arriba, pero hay que trabajar muchísimo. La defensa y la portería la tenemos bien. Si mejoramos tres cositas en ataque y ciertos aspectos de confianza, casi seguro que vamos a estar muy arriba».

SIETE METROS

Primera parte: Del póquer de ases, el vallisoletano Miguel López es el que más años lleva vistiendo la camiseta naranja.

Realidad: El éxito del HC Eivissa no se debe sólo a la actuación de los jugadores con experiencia en Asobal, sino a un plantel en el que todos suman.

Tilves, un técnico que también jugó al máximo nivel

Eugenio Tilves, que se ha hecho cargo del HC Eivissa esta temporada, sabe lo que es jugar en la Asobal. Lo hizo durante dos años en el Cangas: «Cuando debuté era juvenil y fue como un premio al trabajo de la cantera. Estoy muy contento por ello. Aquella Asobal no es como la de hoy en día. Estaba llena de extranjeros y todos los equipos tenían un potencial increíble. Hasta jugar los minutos de la basura era difícil».

Sobre el hecho de contar en el HC Eivissa con cuatro jugadores con experiencia en la máxima categoría, se mostró cauto: «Ahora están en Primera Nacional por unas cosas o por otras. Yo vivo del presente, no del pasado. Tienen buen nivel y experiencia, que es lo que esperamos que aporten para ayudarnos a crecer, pero también hay otros jugadores que tienen un buen nivel para seguir creciendo aquí».

En cuanto al fichaje de Santi Maíllo, anunciado ayer en exclusiva por PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA, apuntó: «Regresó de sus vacaciones y me dijo que tenía ganas e ilusión. Lleva tiempo parado y viene de jugar en Segunda Nacional, con una exigencia menor. Es un buen jugador. Se tiene que poner bien físicamente y supone un recambio más, un jugador más para trabajar en los entrenos y subir su nivel».