PEÑA DEPORTIVA: 0

MANRESA: 1

Duro e inmerecido varapalo el que ayer sufrió de nuevo la Peña Deportiva ante el Gimnàstic de Manresa, un rival que acabó llevándose los tres puntos del Municipal de Santa Eulària por la mínima y sin apenas haber generado peligro alguno sobre la meta local.

En un tormentoso y accidentado encuentro, que comenzó bajo un fuerte aguacero y que fue suspendido por el árbitro en el minuto 15, por espacio de algo más de media hora, a causa de una tromba de granizo, los de Raúl Casañ volvieron a evidenciar una preocupante falta de gol que les llevó a encajar finalmente una nueva decepción en casa.

Así las cosas, en un terreno de juego casi impracticable por la acumulación de agua en grandes charcos por el campo, volvió a reanudarse el partido, no sin temerse por la integridad física de los jugadores. Esa preocupación cobró forma poco después, cuando a los veinte minutos de reactivarse el juego tuvo que volver a ser detenido el encuentro debido a la aparatosa y fortuita lesión de Erik, futbolista del Manresa, que fue evacuado en una ambulancia aquejado de una grave luxación en un tobillo.

Hasta que se alcanzó el descanso, poco o nada destacable acaeció en lo futbolístico sobre el césped, ya que ninguno de los dos contendientes, más allá de alguna llegada aislada, fue capaz de generar peligro serio en la meta contraria.

Tras el intermedio, el Manresa avisó con un remate alto de Escamilla desde el interior del área. Dos minutos después, en el 49, Pere botó una falta lateral que un compañero cabeceó en el segundo palo hacia el interior del área. Allí se anticipó Alti a la defensa local para remachar a gol de cabeza la única ocasión clara que tuvieron los visitantes durante todo el partido.