El Ushuaïa Ibiza Voley dejó los deberes hechos y consiguió matemáticamente la clasificación para la próxima edición de la Copa del Rey. Aunque con más complicaciones de las previstas, el equipo ibicenco superó al Vecindario por 3-1 y sumó así tres puntos que le mantienen en la quinta plaza de la clasificación de la Superliga masculina con un total de 19, dos menos que el Barça, cuarto, y cinco más que un Río Duero Soria que hincó la rodilla contra el Urbia Palma (0-3) en la jornada que clausuró la primera vuelta.

El conjunto de Marcelo de Stefano se hizo con los dos primeros sets con relativa comodidad. Así lo indican el 25-20 y 25-19 con el que se saldaron. La primera manga no tardaron en encarrilarla los amarillos, que se pusieron 8-3 arriba en un visto y no visto. Una pájara permitió a los canarios ponerse a tiro de uno en un par de ocasiones (10-9 y 14-13), pero los locales reaccionaron y acabaron ganando por su máxima ventaja hasta entonces, cinco puntos.

El segundo juego comenzó con una igualdad tremenda. Hasta el 13-13, las diferencias habían sido mínimas. Fue entonces cuando el Ushuaïa llegó a escaparse de tres (16-13), renta que aumentó poco después a cuatro (18-14).

Esto obligó al Vecindario a pedir tiempo muerto, pero el parón no le surtió efecto. De hecho, tres puntos consecutivos del Ushuaïa hizo que el técnico Raúl Quintana volviera a parar el partido. Al final, los pitiusos se apuntaron el set por seis tantos de diferencia.

La tercera manga parecía decantarse para los de Marcelo de Stefano, que ganaban por 16-12, pero los canarios remontaron (20-21) y eso hizo que el Ushuaïa pidiera tiempo muerto. Los amarillos salvaron una bola de set, pero no la segunda, por lo que el partido se alargó más de lo esperado.

El cuarto juego resultó definitivo. Pese a que comenzó fatal para el Ushuaïa, que se encontró con un 1-4 en contra, los de Marcelo de Stefano cogieron el toro por los cuernos y se mantuvieron arriba con rentas mínimas de uno dos puntos. Con 23-23, Del Carmen, máximo anotador del choque, se echó el equipo a la espalda para rematar la faena, primero, con un punto de ataque y, después, con un saque directo.