Un grupo de corredores de la Pujada afronta el último y pronunciado repecho de la carrera antes de alcanzar la meta. | DANIEL ESPINOSA
La trigésimo octava edición de la popular Pujada a la Catedral, con la que se cerró el calendario atlético ibicenco de 2017, ni decepcionó ni dejó indiferente a nadie. La carrera, rápida y muy interesante hasta su desenlace final en la categoría masculina, fue seguida en todo su recorrido por un numeroso y animado público, que, en plena celebración de las fiestas de Fin de Año, llegó a se congregarse en multitud ante la explanada de la Catedral de Ibiza, con el fin de presenciar in situ la emocionante llegada de los corredores hasta el punto más elevado de Dalt Vila.
Así, con el majestuoso, serpenteante y concurrido telón de fondo de la ciudad antigua en plena despedida de año, Adrián Guirado (Peña Deportiva de Santa Eulària) y Atteneri Tur (Palma Runners) le dijeron adiós al 2017 de la mejor manera posible, es decir, encaramándose a lo más alto de un podio como vencedores de las categorías masculina y femenina, y reafirmando además otro año su indiscutible condición de absolutos dominadores de la prueba.
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