Javi Rosa corta una acción de ataque del conjunto bermellón. | Miquel Àngel Llabrés

Un punto contra el líder, el Mallorca, siempre es bueno, pero ayer le supo a poco al Formentera. El equipo rojinegro fue superior de principio fin, pero una jugada aislada en el último suspiro le impidió hacerse con la victoria. Los de Juan Arsenal fueron merecedores de mucho más, pero la mala fortuna y alguna polémica decisión arbitral evitaron la campanada en Son Moix.

Sastre, de cabeza al filo del minuto 90, permitió a los bermellones sumar un punto ante un conjunto formenterense superior y maltratado por el árbitro –le anularon dos goles, el primero de ellos totalmente legal–, pero no debe maquillar la peor función de la temporada en Son Moix, un escenario que contempla con preocupación el bajón –dos puntos sobre doce posibles– que ha experimentado el equipo de Vicente Moreno en las últimas semanas y que mira al play off de ascenso con el ceño fruncido.

El Mallorca anda metido en un agujero negro. En un laberinto y no encuentra la salida. En defensa se aprecian fisuras; el centro del campo ni roba ni crea, y arriba hay cuatro futbolistas en forma de islote. Ni siquiera los regresos de Álex López ni Lago Junior desatascaron a un grupo sin ideas, plano y lento que se ha convertido en una sombra de sí mismo. Y eso que en el amanecer de la entrega, el Mallorca se había acercado al balcón de su enemigo con tres centros envenenados de Bonilla. Pero el Formentera tumbó al equipo local a la lona con el primer zarpazo. Gabri enganchó el balón para conectar un chut a la media vuelta que sorprendió a Reina. Era el minuto 7 y, aunque quedaba más de una hora y media por delante, el conjunto mallorquinista ya no dio señales de vida.

El gol consolidó la propuesta del equipo visitante, solidario, con las ideas claras y buen trato al balón, y metió al Mallorca en un atasco. Juan Arsenal puso una vigilancia especial sobre Salva Sevilla, al que nunca dejaron tener una rápida circulación de balón, y el equipo de Moreno llegó a desesperarse y a provocar más de un silbido en la grada. Con Aridai, Álex López, Abdón y Lago de espaldas al balón, el Formentera vivió plácidamente hasta el descanso. De hecho, dispuso incluso de la ocasión más clara ante el desquiciamiento de la zaga local. Fue en un cabezazo de Agus que se marchó fuera por poco.

En el arranque del segundo acto, el árbitro le anuló un gol legal al Formentera –de nuevo Gabri– que dio esperanzas al Mallorca. Moreno apostó por James y el extremo, al menos, sí que puso ganas y actitud, valores que la mayoría de sus compañeros dejaron en el vestuario.

En el minuto 89 y en el decimocuarto córner –lo cedió Marcos tras un chut sin peligro–, al que subió incluso Reina, llegó el empate. Sastre remató de cabeza para evitar la humillación y condenar a un Formentera que vio cómo se le escapaba así la oportunidad de abandonar la zona de descenso.