Javi Rosa conduce el balón durante una acción del partido. | @NMargui

El Formentera regresa a las catacumbas. El equipo rojinegro cayó ayer contra el Peralada por un engañoso 3-0 y no pudo conseguir así su objetivo de mantenerse en Segunda División B, aventura que le ha durado un año. Dicen que el que perdona lo acaba pagando y eso mismo fue lo que hizo el cuadro de Juan Arsenal. Tuvo ocasiones para adelantarse en el marcador, pero un autogol en la segunda parte supuso el comienzo del fin.

El conjunto formenterense necesitaba, como mínimo, puntuar y esperar que le favorecieran otros resultados, pero lo cierto es que, al final, sólo le habrían servido los tres puntos. Y no anduvo lejos de conseguirlos independientemente de lo que indica el marcador final.

A los tres minutos, Bonilla, libre de marca, cabeceó al muñeco en el área pequeña cuando ya se cantaba gol. No fue la única ocasión manifiesta de los de la pitiusa sur en este primer tiempo. Al filo de la media hora, Bruno Vinicius, que ayer jugó de titular al estar Juan Antonio sancionado, se plantó solo ante el portero tras ganarle la partida por velocidad a los centrales, pero su chut raso lo atajó el guardameta. Increíble. Entre medias, el cuadro catalán había lanzado por primera vez a puerta en el minuto 21 por mediación de Romero, chut que Marcos atajó en dos tiempos pero sin problemas.

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Clave

El duelo vivió dos momentos clave instantes antes y después del intermedio. Primero, Javi Rosa tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión en el minuto 41. Su sitio lo ocupó Agus. Nada más reanudarse el choque llegó el jarro de agua fría. Andzouana centró desde la banda izquierda y Garmendia envió el balón al fondo de la portería de Marcos en su intento por despejar el balón.

Juan Arsenal dio entonces entrada a Gori en lugar de Maikel. Tocaba jugársela. Sin embargo, los minutos fueron pasando con más pena que gloria. En la recta final pudo pasar cualquier cosa, pero lo que acabó sucediendo fue siempre en contra de los intereses visitantes. Bruno, en un disparo que un defensa mandó a córner en el área pequeña, y Garmendia, que remató a las nubes acto seguido a cinco metros de la portería, fallaron sendas ocasiones para igualar la contienda. El que no perdonó fue el Peralada, que mató el encuentro a la contra.

Con el Formentera volcado, Soni y Pedro encontraron huecos en la zaga rojinegra para subir el segundo y el tercer tanto al marcador. Fue el peor final imaginable para un Formentera que hizo méritos para haber sumado los tres puntos y obtenido la consiguiente permanencia.