Jaime Sacristán, a la derecha del todo, en un lance del partido entre el CD Ibiza y el Son Cladera en el estadio de Can Misses. | Marcelo Sastre

Jaime Sacristán sabrá entre el jueves y el viernes el alcance de la lesión que se produjo durante el derbi contra el San Rafael. El jugador del Club Deportivo Ibiza se encuentra anímicamente tocado tras ver cómo se frena momentáneamente su progresión en un equipo en el que empezaba ya a dejarse ver en mayor medida. Antes del fin de semana está previsto saber qué es lo que sufre, si bien todo hace indicar que tiene afectado el ligamento de la rodilla.

El futbolista hispalense no olvida la jugada que le mandó a los vestuarios, que cataloga como «una acción supertonta». «No tenía ninguna importancia. Estaba cubriendo la pelota para que se fuera por banda y al apoyar noté cómo me crujía la rodilla. Supe enseguida que algo tenía. Lo que más me preocupó fue que intenté ponerme de pie y la rodilla se me desplazaba hacia atrás», explicó.

El extremo reconoció que lo pasó «muy mal el sábado», día del partido, pero que ahora va «viendo las cosas de otra forma». «De todas formas, hasta que no tenga el diagnóstico no quiero pensar mucho en ello, entre otras cosas porque no voy a sacar ninguna conclusión», agregó.

Con todo, se huele que podría tener afectado el ligamento porque ha «hablado con varias personas» que sufrieron este tipo de lesión y padece «exactamente los mismos síntomas» que tuvieron ellos. «Mi esperanza es que sea un esguince un poco grave o algo de menisco», añadió.

El sevillano se mostró especialmente dolido porque empezaban a irle las cosas bien. Estaba contando cada vez más para el míster y se sentía cómodo. «Todos me estaban ayudando y me sentía como en mi casa. Me duele también por eso, porque lo tenía todo encarrilado ya», comentó.

Los mensajes de ánimo le han llegado de todos los estamentos del club: «Desde el primer día, Álvaro y Youssouf, que viven conmigo, me están ayudando a tirar adelante. Todos los compañeros me han escrito y saben cómo estoy más o menos. El director deportivo [Sergio Tortosa] se acercó nada más acabar el partido para ver cómo estaba. Una hora después, me volvió a llamar para decirme que no me preocupara, que tanto el club como él confían mucho en mí y que ahora tenía que demostrar que era maduro y tirar hacia delante».

A su equipo, el CD Ibiza, lo ve «bastante bien». «Lo que pasa es que estamos en un momento en el que los pequeños fallos nos pasan factura. En cuanto arreglemos eso, miraremos hacia arriba», dijo. Está convencido de que los suyos están preparados para entrar en la zona de playa off: «Claro que podemos acabar entre los cuatro primeros, no sólo por el nivel de mis compañeros, sino porque se nota en los partidos. En todos dominamos muchísimo tanto en posesión como en ocasiones. Tenemos muchas y los contrarios apenas crean, pero es verdad que nos hacen daño con poco».