Galdón y Elvis tratan de bloquear un remate de Jiménez en una acción del partido de ayer en el pabellón de es Viver. | DANIEL ESPINOSA

UHSUAÏA IBIZA VOLEY: 3

URBIA PALMA: 1

El Ushuaïa Ibiza Vóley se apuntó el derbi balear contra el Urbia Palma, campeón de la Superliga en la temporada 2016-17 y rival directo esta temporada. El equipo de Piero Molducci fue capaz de recomponerse tras ceder el primer set y, liderado en ataque especialmente por Henry Omar Tapia, se apuntó un triunfo de oro.

En la primera manga, los visitantes no tardaron en distanciarse. El 5-10 hacía temer lo peor, pero, con 13-18, los locales reaccionaron y se pusieron a dos puntos de su rival (17-19). Eso obligó a Marcos Dreyer a pedir tiempo muerto, sabedor de que los pitiusos podían darle la vuelta al juego. El parón surtió efecto y el Urbia dio un estirón (19-24) para apuntarse el set por 20-25 con un remate de Jean Pascal Diedhiou, exjugador de los ibicencos.

Los amarillos, heridos en su orgullo, salieron con otro aire a la pista para disputar la segunda manga. El 11-6 demostraba que algo había cambiado, pero delante tenía un equipo muy potente que fue capaz de bajarle de la nube al colocarse a dos (11-9), primero, y a uno (13-12), después.

Los de Piero Molducci metieron una quinta marcha a su juego y se escaparon 16-12 y 19-14, marcadores que hicieron al técnico visitante parar el partido. Finalmente, el Ushuaïa Ibiza Vóley igualó el marcador tras firmar un claro 25-18 a su favor.

La siguiente manga podía ser psicológica y el cuadro local era consciente de ello. Así las cosas, no quitó el pie del acelerador y se puso pronto con una renta importante de cinco puntos (9-4) que creció no mucho después a nueve (16-7).

Los visitantes pidieron tiempo muerto, pero lo cierto es que ya no tenían nada que hacer. Es más, acabaron cediendo el set por la máxima diferencia del mismo: doce puntos (25-13).
El Ushuaïa no estaba por la labor de dejar escapar con vida a su rival. Sabía que estaba tocado y buscó desde el principio tumbarlo a la lona. Y eso hizo. El 7-2 hizo saltar las alarmas de los mallorquines. La distancia fue creciendo y el 23-16 se convirtió ya en una renta insalvable para el campeón de 2017, cuya tímida reacción no puso nervioso a un cuadro de Piero Molducci que se hizo con el juego por 25-21 con un último punto de Tapia.