Mateo Sanz, a la derecha, recoge el galardón para el campeón de la Semana Olímpica Canaria en la clase RS:X.

Mateo Sanz suma y sigue. El windsurfista formenterense se hizo con la victoria en la clase RS:X de la Semana Olímpica Canaria, ampliando así su palmarés. El representante hispanosuizo completó las siete pruebas disputadas con un total de 14 puntos, cuatro menos que el israelí Yoav Cohen y cinco por debajo del español Ángel Granda, quienes completaron el podio. Sergi Escandell, también de la pitiusa sur, finalizó en una meritoria sexta posición.

Para el campeón de la Semana Olímpica Canaria, ganar esta competición supuso «una sorpresa» porque «no iba con la idea de rendir». «Era más que nada un entrenamiento de bastante nivel, porque venía gente del equipo israelí y español, así como algunos de otros países. Podían haber fácilmente cinco o seis del top 15 mundial», dijo.

«No esperaba ganar. La idea era adquirir experiencia y, como siempre, mejorar algunos detalles porque la temporada acaba de empezar», continuó Mateo Sanz, que se encuentra bien de forma pese a que esto no ha hecho más que empezar. «Creo que se sigue viendo el trabajo que hice durante todo el año. Después del descanso, uno suele estar mejor físicamente, pero en la parte técnica y táctica se nota que hay que volver a coger la forma», explicó.

El próximo compromiso del formenterense tendrá lugar en Miami el próximo mes de enero. El de la pitiusa sur tomará parte en esta Copa del Mundo que se celebra en aguas estadounidenses, donde hace dos años consiguió una medalla de bronce. Eso sí, recordó que esta cita «no es un objetivo relevante».

Sí lo serán el Campeonato de Europa, en el que no pudo participar el curso anterior por decisión de la federación suiza, y el Mundial. En este último espera «clasificar a Suiza para los Juegos Olímpicos».

En la cita continental, que se celebrará en abril, Mateo Sanz contará con la ligera ventaja de conocer el campo de regatas, ya que se celebrará en Mallorca días después del Trofeo Princesa Sofía. Por su parte, el Mundial se llevará a cabo en el Lago de Garda, en Italia, a finales de septiembre.

El hispanosuizo reconoció que el hecho de no contar aún con la plaza olímpica supone una presión añadida en el Mundial: «Como a cualquier otro deportista, siempre te da un poco de miedo quedarte fuera. Es la presión con la que contamos, pero tengo la esperanza de conseguir la plaza. Ya me pasó la otra vez a la hora de clasificarme para Río 2016. Lo conseguí en el segundo Mundial y espero que se repita».

Por otra parte, comentó que sigue «en negociaciones» con el equipo suizo para poder continuar con sus estudios, que está a punto de terminarlos, sin que eso suponga un problema para recibir ayudas. «En su estructura, ellos dicen que hay que tener una dedicación profesional. Es como un trabajo. Cada hora que inviertas en otra cosa te está perjudicando. En abril terminaré y quedaré ya libre por decirlo de alguna manera», apuntó.