A expensas de lo que dictamine el Comité de Competición, todo hace indicar que varios jugadores del Muro van a recibir un duro castigo después de lo ocurrido durante el partido contra el Gasifred en el pabellón de sa Blanca Dona, suspendido a falta de tres minutos y medio con 2-1 en el marcador. Según refleja el anexo del acta arbitral, al que ha tenido acceso Periódico de Ibiza y Formentera, la conducta de los murenses fue muy ofensiva, con insultos y amenazas a los árbitros ibicencos del choque.

El anexo, que deja claro que «el encuentro se suspende de manera definitiva en el minuto 36 y 30 segundos debido a los incidentes ocurridos durante la celebración del mismo y a la negativa del equipo visitante de continuar el encuentro al abandonar las instalaciones deportivas», detalla una serie de amonestaciones y expulsiones. Tras ello sucede lo siguiente, siempre según el anexo: «El equipo local dispone de saque de banda pero no puede efectuarlo porque el delegado del equipo visitante, don Cristóbal Seguí Crespí, junto con los jugadores expulsados de su equipo (dorsales números 9, 5, 12 y 15) invaden el terreno de juego, impidiendo que el juego se pueda reanudar y dirigiéndose dicho delegado a sus jugadores, animándoles a abandonar el terreno de juego y a no continuar disputando el encuentro».

«Ante el comportamiento de dicho delegado, la actitud que tomaban los jugadores de su equipo y el hecho de que los jugadores expulsados que estaban situados en la grada (dorsales números 9, 5, 12 y 15) saltan al terreno de juego, lo invaden e impiden la continuación del encuentro, el equipo arbitral se reúne junto a la mesa de anotación, comunicando a los equipos la decisión de interrumpir momentáneamente el encuentro», prosigue el anexo poco antes de desmenuzar algunos de los insultos y amenazas recibidos por los árbitros: «A continuación y antes de que el equipo arbitral pueda dirigirse a su vestuario, el jugador visitante dorsal número 12, don Tomás Eusebio Navarro Ramos, tras cruzar todo el terreno de juego, se acerca hasta la mesa de anotación y, visiblemente alterado y en actitud agresiva y amenazante, se encara con el árbitro principal, situándose frente con frente, llegando a empujarle, obligándole a retroceder y mientras se dirige a él en los siguientes términos: ‘Hijo de puta. Eres un hijo de puta. Te vas a enterar, desgraciado, cabrón’. Levanta su brazo haciendo ademán de agredirle, teniendo que ser sujetado y apartado por varios miembros del equipo local y del visitante».

«A continuación, el jugador visitante dorsal número 5, don Julio Peralta Millán, tras cruzar todo el terreno de juego desde la banda contraria, se acerca al árbitro asistente, se encara con él y, en actitud agresiva, amenazante y a viva voz, le dice lo siguiente: ‘Sinvergüenza, hijo de puta, no tenéis ni idea. Os vais a enterar. Nunca lo han expulsado. ¿M oyes? Nunca. Es la primera vez que lo expulsan y habéis sido vosotros, desgraciados. Esto no va a quedar así’. Tuvo que ser separado por uno de sus compañeros», continúa el escrito, que detalla también varias palabras malsonnantes del delegado al árbitro asistente: «Beneit, tros d´ase, inutil, et mataré, fill de puta, vergonyós».

El Muro se marcha
«Tras estos incidentes, varios jugadores del equipo visitante y su delegado continúan con su actitud amenazante y con insultos hacia el equipo arbitral, por lo que, temiendo por nuestra integridad física ante los intentos de agresión, le solicitamos al delegado de campo la presencia de las fuerzas del orden. Una vez dichas personas del equipo visitante conocen que se ha dado aviso, abandonan el terreno de juego sin cesar en sus insultos y amenazas. Una vez en el vestuario arbitral y mientras se espera que las fuerzas acudan, se persona el delegado de campo solicitando si puede retirar las licencias federativas del equipo visitante, pues éste las reclama al querer abandonar las instalaciones deportivas argumentando que el vuelo que debe trasladarlos está próximo a partir (...). Se decide la suspensión del encuentro al haber abandonado el equipo visitante las instalaciones deportivas», sentencia el anexo.