Los jugadores del equipo ibicenco celebran un gol. | Irene Arango

UD IBIZA: 2

MELILLA: 1

2019 comienza ‘Rodado’. El delantero mallorquín de la UD Ibiza se encargó de otorgar los primeros tres puntos del año a los suyos con un gol que supuso el definitivo 2-1 contra el Melilla. Los norteafricanos habían llegado a Can Misses como colíderes de la categoría, pero se marcharon con un revés al tiempo que los unionistas encadenaban su tercer triunfo seguido en la isla.

Sin Núñez, por sanción, ni Cirio, que comenzó en el banquillo al salir no hace mucho de una lesión, en el once inicial, la Udé se plantó para este último partido de la primera vuelta con la novedad de Armenteros en la media punta, desplazando a Chavero al doble pivote. Además, Fran Grima continuó en el lateral derecho pese a la vuelta de Kingsley Fobi, que parecía haberle ganado la partida en las últimas fechas.

La primera mitad estuvo controlada mayoritariamente por los celestes. Si no hubiesen fallado tanto el último pase, otro gallo habría cantado. No es que hubieran muchas ocasiones de gol, que de hecho fueron escasas, pero sí es cierto que los de Andrés Palop estuvieron mucho más cerca del tanto que un cuadro melillense que no dio la sensación de ser colíder de la categoría. Pero eso fue gracias al buen hacer de los locales.

La primera oportunidad la tuvo Luis Verdú en un saque de esquina sacado por Chavero. El capitán unionista se elevó al borde del área pequeña, pero Dani Barrios metió la mano arriba para despejar la pelota a saque de esquina.

De los norteafricanos había pocas señales en ataque y las que hubo las protagonizó Ruano por la derecha. De nuevo el uy que llegó a la grada lo provocó el Ibiza, en un zapatazo lejano de Chavero que se marchó lamiendo el palo.

Curiosamente, a pesar de su desidia, el Melilla rozó el 0-1 en una acción de fortuna a la media hora de juego. Un disparo de Ruano lo desvió un defensa hacia el segundo palo, donde Óscar García, libre de marca, cazó la pelota y disparó raso. Menos mal que Lucas estaba bien situado y atajó la pelota a ras de césped. Por momentos parecía que los norteafricanos se habían venido arriba, pues, dos minutos después, Menudo tuvo otra ocasión para los visitantes en un tiro desde el vértice del área que se marchó desviado.
No fue más que un espejismo. Los ibicencos reaccionaron y estuvieron cerca de desnivelar la balanza en dos ocasiones, ambas en pies de Javi García. La segunda de ellas fue la más clara del choque, en un disparo en el vértice del área pequeña que se marchó al palo en el minuto 41 después de una asistencia de Rodado. Aún hubo tiempo para otra ocasión de los celestes. Un minuto más tarde, Armenteros botó una falta en la frontal del área que el meta despejó con apuros hasta el punto de que Gonzalo casi caza el rechace.

Dicen que tanto va el cántaro a la fuente que, a final, se rompe. Pues eso mismo sucedió ayer en Can Misses. La Udé estaba mereciendo el gol y lo halló a poco de reanudarse el encuentro. Armenteros se estrenó como goleador este curso al cabecear a la red una falta botada por Chavero en el 49.

Lo que nadie podía imaginar es que la alegría fuese a durar tan poco. Y es que el Melilla niveló la contienda cuatro minutos después en otra acción a balón parado. Menudo botó una falta desde tres cuartos de cancha y Soufianne remató a placer en el área pequeña.
El conjunto de Luis Carrión pasó de dominado a dominador hasta el punto de rozar el 1-2 en un lanzamiento directo de falta ejecutado por Juanmi, que chutó al poste en el minuto 68. El cuadro melillense achuchaba y Gonzalo llevó el miedo a la grada al enviar la pelota pegada al palo a la hora de cortar un centro.

Andrés Palop le vio las orejas al lobo y decidió dar entrada a su mejor hombre, Sergio Cirio, para tratar de dar otro aire al equipo. Lo del delantero fue llegar y besar el santo. El primer balón que tocó fue para asistir a Rodado, que batió al portero por debajo de las piernas tras una gran jugada iniciada con una galopada de Javi Serra por la banda derecha.

Quedaba un cuarto de hora para el final del choque y el Melilla se jugó el todo por el todo. Otegui y el recién fichado Héber Pena entraron al campo en el minuto 78. Lucas se tuvo que poner la capa de Superman en el minuto 86 para evitar el empate con un paradón en un remate de Yacine a bocajarro. La grada no dudó en corear el nombre del portero brasileño y no era para menos. Los melillenses lo siguieron intentando y reclamaron un hipotético penalti dentro del área en el tiempo de descuento, pero no lo era.

De esta forma, se llegó al final con el 2-1 gracias al tanto del rey Rodado, que alegró el Día de Reyes a los más de mil espectadores que no fallaron a su cita con el fútbol de bronce ayer en Can Misses.