Un jugador del Sant Josep se dispone a lanzar a potería. | MOHAMED CHENDRI

La lógica se impuso en la piscina de es Viver y el Sant Josep se impuso a un Eivissa que dio la cara y mostró que sigue creciendo como equipo. El derbi ibicenco enfrentó a dos equipos con dos realidad muy diferentes. Los locales son colistas sin puntos, mientras que los josepins, aunque no pasan por su mejor momento, son los vigentes campeones de la Liga Balear.

En cuanto al duelo, los visitantes cogieron ventaja en el primer cuarto con un parcial de 1-4. Con el camino cimentado, el juego se igualó en el segundo parcial. El Eivissa, sostenido por su portero, consiguió llegar al descanso con un meritorio 4-7 en el marcador.

El tercer cuarto sirvió para que el Sant Josep abriese un poco más la renta (6-10). En la recta final del partido, los visitantes apretaron el acelerador para sentenciar por la vía rápida y poner el definitivo 7-14.

Los de Vila acabaron con un cierto malestar con el árbitro y se quejaron de la diferencia de criterio al excluir jugadores. Las 16 exclusiones que sufrieron los jugadores locales por las seis de los josepins les generó cierta impotencia.