Yuyu y Juanan celebran el empate sobre la bocina mientras los murenses se lamentan. | MARCELO SASTRE

HARINUS IBIZA: 7

MURO: 7

Si por algo es especial el fútbol sala es por los giros que puede dar un partido que, en teoría, está resuelto. Que se lo pregunten al Harinus Ibiza y el Muro, que ayer se llevaron un punto cada uno al empatar a siete un duelo que marchaba 4-7 a falta de poco más de tres minutos para el final. Los men in black no se rindieron e hicieron algo de justicia en el marcador, porque si alguien hizo méritos para ganar fueron ellos a pesar de ir por detrás en el electrónico.

Los pupilos de Dani González han dicho adiós virtualmente a la liga, pero los murenses también. Un gol de Fran Heredia cuando quedaban 1,8 segundos para el bocinazo final cambió el semblante de los integrantes del conjunto mallorquín, que, una vez más, ofrecieron alguna que otra imagen de ésas que no embellecen precisamente el deporte.
El 3-4 lo marcaron tras dar continuidad a una jugada que había dejado a Álvaro en el suelo con el labio sangrando tras un choque con Juanmi. Chiqui le negó la mano a Careca tras un minirifirrafe que se había saldado con amarilla para ambos jugadores. Tomás celebró el sexto tanto simulando que sus manos estaban esposadas, dando a entender aquello que ya hicieron público en su día de que en Ibiza les roban. Además, las protestas fueron continuas, especialmente de su capitán, Julio, desde el banquillo. Con estas premisas, el único que pierde es el fútbol sala.

Menos mal que el juego en sí y el resultado final se encargaron de desterrar a un segundo plano estas acciones antideportivas. Porque el partido en sí fue un partidazo. El Harinus se mostró superior en la primera parte, pero el desacierto de cara a puerta y unos errores puntuales en defensa le mandaron a la caseta con 2-3 en el tanteador.

Los ibicencos salieron prácticamente a la pista por debajo en el electrónico, pues una pérdida de Kike Sánchez a los 19 segundos permitió a Joan abrir la lata. A partir de entonces, lo que se vio es un asedio de los locales. Careca estrelló dos veces el balón en el poste y Boban, Sebas y Álvaro tampoco acertaron con la portería. Sólo en la recta final, con Gabi como protagonista, el cuadro visitante inquietó algo la meta de Juanan.

Dicen que tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se rompe, Careca hizo justicia con un golazo de falta directa a la escuadra, pero la alegría duró diez segundos, lo que tardó Joan en devolver la ventaja a los suyos. Un minuto después, de nuevo el jugador gallego empató la contienda, esta vez de doble penalti. Sin embargo, una cuestionable decisión de Dani González a falta de dos segundos supuso el 2-3. Con saque de esquina a favor del Harinus, dio entrada a Yuyu como portero-jugador. Los de negro regalaron la pelota en el saque y Guille marcó desde su pista a puerta vacía.

La igualdad volvió a los cinco minutos de la reanudación, en una acción de estrategia a balón parado que Fran finalizó tras el pase de Boban. Segundos después llegó el polémico 3-4 y, acto seguido, el quinto del Muro tras otra pérdida de Kike Sánchez atrás.
Con el Harinus tocado, que además volvió a toparse con el palo en un lanzamiento de Boban, llegaron los mejores momentos de los murenses, que ampliaron su ventaja a tres goles en el 31. Kike Hinojosa redujo distancias y los men in black se la jugaron con el portero-jugador a falta de 5’45’’.

Joan hizo el 4-7 con tres minutos y medio por delante. Cuando todo parecía acabado, el Ibiza Futsal obró el milagro. Y lo hizo concretamente en el último minuto y medio. Yuyu y Fran, ambos de doble penalti, pusieron a los suyos a tiro de uno a falta de 37 segundos. Los de negro no perdieron la fe y, tras un saque lateral con seis segundos en el cronómetro, trenzó una jugada que Kike Hinojosa finalizó en gol para dar la estocada a su exequipo. La euforia inundó la grada de es Viver, que presento una más que digna entrada 150 espectadores, y el fútbol sala hizo algo de justicia a tenor de lo visto sobre la pista.