Momento de la salida la tercera etapa, con Enrique Morcillo al fondo a la izquierda. | Cape Epic


Enrique Morcillo sigue subiendo puestos en la clasificación general del Cape Epic, el Tour de Francia de la mountain bike. El ciclista ibicenco, junto a su compañero Francesc Guerra, finalizó ayer en la sexta posición de la etapa y se coloca en la octava plaza de la general tras cuatro días de intensa lucha.

El tándem español del Buff Scott Team recuperó sensaciones y, en la tapa más dura de las que se han disputado, se ha movido con los mejores. Aprovechando que por fin han podido salir desde la parrilla, Morcillo y Guerra se pegaron a los mejores. La dureza de la etapa, 110 kilómetros con un desnivel de 2.800 metros, hizo que tres parejas se marchasen por delante, mientras que otras siete, entre las que se encontraba el ibicenco, formaba un grupo perseguidor.

Así se desarrolló prácticamente la totalidad de la etapa, hasta que, en las últimas rampas los cambios de ritmo de algunas de las parejas fueron rompiendo ese grupo perseguidor. Morcillo y Guerra entraron en meta con un tiempo de 4h38’11’’, 18 minutos más que la pareja del Cannondale que se llevó la etapa y son los nuevos líderes.

Morcillo señaló que la dureza de la jornada está empezando a poner a cada uno en su sitio: «Ha sido una etapa muy exigente. Todos estamos empezando a pagar los esfuerzos tras el paso de los días».

En cuanto a la general, Morcillo sigue mejorando posiciones en pos de ese top-5 que tiene marcado como objetivo. Con los tiempos de ayer, los españoles se sitúan en la octava plaza, a más seis minutos de la pareja que tienen por delante y a más de 24 de los líderes. Los puestos de podio, aunque es una prueba muy dura y aún quedan muchos kilómetros por delante, están muy lejos, unos 17 minutos.

Hoy la pelea seguirá aunque será con una contrarreloj de 43 kilómetros y 1.000 metros de desnivel, un pequeño descanso, si se puede llamar así, antes de la traca final. Morcillo ya avisa de que tampoco será fácil: «Será un día duro. Es una contrarreloj, pero de crono no tiene nada. 40 kilómetros dan mucho de sí». «Hay que ir día a día y esperando que vayan cayendo los que tenemos delante», concluyó el ibicenco.